—Basta, Jiang Wanyin— exclamó Nie Huaisang enfadado de ver a su amigo dar vueltas y no empezar aquella conversación—Siéntate, no necesito algo de beber o aperitivos, lo que necesito es que me digas que diablos está pasando.
—Bien— suspiró A-Cheng profundamente— Pero antes contéstame ¿Cómo te enteraste?
A-Sang bufó irritado, esa respuesta de parte de su amigo dejaba más que claro que todo era verdad, así que aún más molesto respondió.
—No estoy ciego A-Cheng, me lo encontré en el centro comercial y pude ver su enorme barriga desde lejos. En la fiesta sospeche algo, sus mejillas estaban regordetas y usaba ropa más amplia, pero estaba más sorprendido de que no lo hubieras sacado del lugar que simplemente pase todo por alto.
—Así que lo viste hoy—murmuró Wanyin tanteando la situación, a lo cual Huaisang nuevamente replicó.
—No solo lo vi, hablé con él...
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Huaisang solo había asistido a comer con Lan Xichen ya que su amistad se había visto fortalecida al ser ambos padrinos de Leilei, fue un encuentro casual y sumamente agradable, no pararon de reír, intercambiar anécdotas y eventualmente despedirse para regresar a sus actividades cotidianas.
—Déjame llevarte a tu casa—pronunció el Lan de manera atenta en cuanto ambos salieron del restaurante.
A-Sang apreció y quiso aceptar su oferta para seguir charlando un poco más, sin embargo recordó que el alfa tenía obligaciones por lo cual tuvo que rechazarlo.
—No es necesario, ya vas tarde a tu trabajo y no quiero robarte más tiempo.
—No te preocupes por ello, no es ningún inconveniente.—Insistió el mayor con una enorme sonrisa, pero al recordar la mirada fulminante que le dirigió Nie Mingjue en la fiesta de su sobrino opto por preguntar— ¿Es por tu hermano? ¿No quieres que se moleste si te ve llegar conmigo?
El Nie no había esperado esa pregunta, realmente no creyó que Xichen hubiese notado el extraño comportamiento de su hermano. Pero ya que había tocado el tema, rápidamente despejó sus dudas.
—Mi hermano es sobreprotector conmigo, no le agrada que los alfas me presten atención. Ya le dije que tú y yo somos amigos, así que no te preocupes por eso, ya soy mayor y puedo tomar mis propias decisiones. Si no acepto que me lleves a casa, es solo porque necesito pasar al centro comercial y tardaré mucho, no por mi hermano, pero agradezco tu ofrecimiento.
—Me alegra saber que no tengo que ser tu amigo en secreto— respondió Xichen antes de besar su mejilla y despedirse.
Nie Huaisang había visto tan feliz a Xichen después de su declaración que no pudo evitar seguirlo con la mirada cuando se marchó. Aquel alfa tenía un aura tan elegante y noble que A-Sang entendía a su hermano, su necesidad de que se alejara de semejante espécimen y evitar que cayera en su manos. Aunque en el momento en que A-Huan volteó a verlo y le sonrió por última vez antes de salir del complejo, A-Sang supo que ya había caído en sus encantos mucho antes de que su hermano apareciera en escena.
Alegre por esa agradable tarde decidió terminar sus compras cuanto antes, no obstante notó una cara conocida mientras entraba a buscar un regalo para Leilei y tuvo que mirar dos veces para confirmar que no estaba volviéndose loco. Pues reconoció de inmediato a Mo Xuanyu y el evidente estado de gestación que atravesaba.
Así que asombrado y queriendo obtener más detalles al respecto no dudó en acercarse.
—Wow, Mo Xuanyu. Que gordo estas.—pronunció para ver que conseguía con ello.
