Jiang Cheng suspiró profundamente, sabía que Wangji y Mingjue eventualmente se toparían en la fiesta, pero pensó que al menos tendría tiempo para hablar con su esposo y mencionar la situación. No había contado con que Mingjue sería de los primeros invitados en llegar y A-Zhan se pondría a la defensiva de inmediato.
—¿Qué hace él aquí?—espetó Wangji por segunda vez.
—Te lo iba a decir—murmuró A-Cheng agradecido de que Wuxian y su hermana se hubieran detenido a unos metros para saludar a los Lan. Así podría intentar apaciguar el temperamento de su esposo antes de que alguien lo notara.
—¿Lo invitaste?— cuestionó Wangji evidentemente molesto.—¿Por qué?
Su mirada no presagiaba nada bueno, Jiang Cheng había sido testigo de lo celoso que era y aunque no quería ninguna escena contestó con sinceridad.
—Mingjue es el hermano del <<tío y padrino de Leilei>>, como podría no invitarlo cuando Huaisang me lo pidió.— respondió mientras se aferraba al brazo del Lan cariñosamente y le dirigía una mirada angelical.
Lan Zhan sabía que ese comportamiento era una de sus tácticas para tranquilizarlo, lo cual logró. Ya que su bello semblante, sumado a las dulces feromonas que comenzó a emitir ocasionó que se distrajera y no reaccionara tan impetuoso ante la llegada del Nie. Quien con toda la intención fastidiar lo ignoró monumentalmente y se acercó a Jiang Cheng para besar su mejilla.
—A-Cheng, hoy luces bellísimo. Agradezco mucho la invitación, no sabes cuánto me alegra acompañarte a ti y al pequeño en esta ocasión tan importante.— saludó gentilmente mientras dirigía una mirada intensa al lugar en donde Xichen y su tío presentaban al pequeño Lan.
—Siempre es bueno compartir estos momentos—declaró Wangji con una sonrisa, y aunque a cualquiera podría parecerle amistosa, Jiang Cheng sabía que no era así y lo corroboró cuando el Lan agregó. —No todos tiene la dicha de conocer la felicidad, así que los que tenemos esa fortuna podemos permitir a los menos afortunados ver como luce tal deleite, así que presta atención Nie Mingjue. Algún día podrías encontrar a alguien que te quiera.
Su comentario irritó al Nie, pero desde luego lo que encendió la animosidad entre ambos fue que A-Zhan tomara por la cintura a Wanyin y se mostrara afectuoso públicamente. Mingjue era igual o más desafiante que Wangji y por ello antes de que alguno olvidara en donde se encontraban, Jiang Cheng hizo un gesto a Huaisang para que se acercara y expresó.
—Es bueno verte aquí Mingjue, me alegra que te hayas tomado el tiempo de acompañarnos en este día tan importante. A-Zhan y yo todavía tenemos que saludar a los demás invitados, pero por favor toma asiento y realmente espero puedas disfrutar la fiesta.
Su sugerencia era simple y buscaba alejar a los alfas de inmediato. Sin embargo a pesar de la sonrisa del Nie, este no parecía querer ser el primero en ceder y Huaisang tuvo que intervenir para arrastrar a su hermano lejos de la pareja.
Jiang Cheng observó a los Nie marcharse y pensó que ese encuentro no había salido del todo mal, por lo que más tranquilo quiso explicar a Wangji porque había decidido invitar a Mingjue, pero antes de poder hacerlo el alfa Nie detuvo su andar y sonriendo de manera socarrona al Lan mencionó.
—Oh casi lo olvido, espero que te hayan gustado las flores que envié A-Cheng. Y si no es mucho pedir me encantaría tener una foto familiar de recuerdo, estoy seguro que el pequeño Leilei, tú y yo nos veríamos muy bien juntos.
Huaisang vio la expresión de Wangji oscurecerse y no dudó ni por un segundo que quería arrancarle la cabeza a su hermano. Así que al ver a Wanyin sorprendido y congelado por el comentario, decidió arrastrar a su hermano con más ímpetu, mientras que en voz baja comenzaba a reñirlo por su extraño comportamiento.
