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Una semana. Una semana desde los nuggets, una semana desde ese beso robado, y en ninguno de esos siete días había logrado reunir el valor suficiente para ir a casa de Abril. Sentía vergüenza de sí misma. Llevaba días sin hablar con la castaña, sólo observándola de lejos y con eso le bastaba. Pero ahora era diferente, quería ver a Allison e incluso jugar con ella, estaba muy encariñada con la pequeña diva. Durante estos días no había logrado hablar con Abril, en parte porque la evitaba entre clases y la otra razón era por Guarnizo. Pero había algo un poco diferente esta vez que divertía mucho a la rubia. Cada vez que sus ojos se encontraban con los de la castaña, Abril la miraba un rato, luego parecía recordar algo y apartaba el rostro, ruborizada.

En los pasillos una vez tropezaron y Abril, al reconocerla, se apartó de un pequeño salto con el rostro rojo y siguió caminando, pero chocó la cabeza contra una puerta del salón. En otra se supone que estaba respondiendo una pregunta en la clase y lo hacía como siempre, tranquila y confiada. Pero al notar la mirada fija de Samantha, confundió las palabras y comenzó a balbucear, terminando avergonzada frente a todos.

Le hacía difícil a Samantha el no querer volver a robarle un beso. No entendía el comportamiento de la chica, pero le encantaba. Era incluso hermosa, siendo torpe y todo. Aún así Juan también parecía estar vigilándola, por esa razón fingía no ver a Abril cuando el chico estaba cerca. Pero hoy en el aparcamiento le fue imposible, dado que la se veía más hermosa de lo normal. Su cabello castaño atado en una coleta alta y llevaba una falda, junto con una blusa blanca manga larga con botones. Sus ojos brillaban y sólo llevaba un poco de maquillaje. Samantha al verla en la mañana, duró unos segundos con la boca abierta y sus amigas tuvieron que llevarla a rastras al salón, ya que sus piernas y cerebro no coordinaban.

—La sigues mirando —comentó Millaray, riéndose al ver a su amiga.

Estaban junto al coche de Alexis mientras el grupito de Abril se hallaba alrededor del descapotable de Juan. Rivera notó el buen humor de su amiga y se alegró por ella. Aún recordaba cuando le preguntó el por qué había faltado dos días seguidos y la pelinegra le confesó que se escapó de su casa para verla. Relató toda risueña que habían compartido la cama, con las manos entrelazadas, mientras veían películas toda la tarde y Victoria se recuperaba. Por eso su amiga estaba tan feliz.

—Es su culpa, ella no debería ser tan linda —dijo Samantha en broma, pero luego su rostro se puso serio al ver la mano de Juan alrededor de la cintura de Abril.

—A ella le encanta llamar la atención —dijo pícaramente Christina. —Y más de cierta pálida de ojos verdes por allí... —Sus dos amigas se rieron y Samantha las miró, confundida.

—¿Qué pálida de ojos verdes?¿Le gusta una chica o algo así?¿Quién es? —preguntó enojada mientras sus amiga se reían más fuerte.

—Era broma, Samy —dijo Millaray, divertida por lo lenta que era su amiga.

Pudieron seguir hablando, pero escucharon unos silbidos a lo lejos. Samantha vió con sorpresa que la hermana de Abril, Amairani, marchaba con paso decidido por el aparcamiento, siendo el centro de atención de los chicos. Todos admiraban el contorno de sus caderas y, en general, el cuerpo atlético y bien formado de la morena. Ella vestía una falda de negra de cuero y una blusa blanca, llevando una cartera en el hombro y unos lentes de sol. Sus labios gruesos y pintados de un delicado rojo pálido sonreían. Ella sabía el efecto que ocasionaba en los hombres y se pavoneaba. Parecía dirigirse directo hacia su hermana menor, quien la miraba con sorpresa. Samantha pensó que realmente las dos chicas eran hermanas, no había dudas. Podría decirse que Amairani era una versión mayor de su chica, Abril, ya que todos estaban babeando por ella. Sin querer sus miradas se encontraron y la mayor abrió los ojos, reconociendo a la chica, y ahora se dirigía hacia ella.

❝𝙍𝙞𝙫𝙖𝙡𝙚𝙨❞ ۪ 𖥔 ˑ𝓡𝓲𝓿𝓪𝓻𝓲  ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora