Fiesta

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Kitty Noir caminó tranquilamente por los tejados de París, observando la noche estrellada. Había estado de patrulla durante una hora y media, y aunque normalmente eran dos horas, Lordbug se había disculpado con ella y se fue temprano. Al parecer, tenía un día importante mañana, una sonrisa cariñosa apareció en sus labios cuando recordó la emoción en su rostro. Le hubiera gustado saber porque estaba tan emocionado, pero, bueno, identidades secretas y todo eso.

Se distrajo por unos momentos cuando algo llegó a sus oídos, a un volumen más bajo que los sonidos de la calle, pero accesible a sus sentidos felinos... el grito de dolor de una mujer. Actuando rápido, comenzó a correr lo más rápido posible, llegando al callejón del que había salido el grito, una conversación susurrada llegando a sus oídos.

"Será mejor que te calles" gruñó una voz masculina. "Me has hecho perder dinero."

"Lo siento mu..."

La disculpa se cortó con un golpe y otro grito de dolor, que se cortó de inmediato.

"¡Dije que te callaras!"

Kitty llegó a su destino, inclinándose y estudiando la situación, un hombre musculoso con una chaqueta de cuero agarró a una chica, de unos veintitantos, por el cuello, vestida con un vestido extremadamente corto y demasiado ligero para la temperatura actual.

Actuando rápido, saltó, aterrizando en cuclillas justo detrás del hombre, quien la miró por encima del hombro, la sorpresa y el terror atravesaron su rostro al verla.

"Bonjour" dijo con una gran sonrisa.

Antes de que pudiera hacer algo, Kitty giró a gran velocidad, usando sus piernas para tirarlo al suelo. Sin dejar que se recuperara, se puso encima de él y le golpeó la cabeza contra el suelo hasta que quedó inconsciente. Satisfecha, se puso de pie, mirando con una sonrisa a la chica que había salvado, pero al verla, su alegría cambió a preocupación.

Estaba de rodillas, acurrucada contra la pared, abrazándose, mirando con horror al hombre inconsciente.

"¡¡¿Qué has hecho?!!"

Eso la hizo olvidar su preocupación durante unos segundos, reemplazada por la sorpresa y la confusión.

"Uh... ¿Salvarte?"

"¡¡No me has salvado!!" gritó, horrorizada. "¡¡Has empeorado las cosas!! ¡¡Ellos me van a matar!!"

"¿Ellos?" murmuró Kitty Noir, pero olvidó la pregunta cuando vio su estado.

Estaba empezando a hiperventilar, con los dedos clavados en sus brazos y las uñas en su piel. Preocupada, la heroína se arrodilló frente a ella, agarrándole los hombros.

"Oye, respira, cálmate. No te van a matar, no lo permitiré" susurró, tratando de calmarla, sin mucho éxito. "Escucha, llamaremos a la policía y..."

"¡¡NO!!" gritó, aún más fuerte, su respiración se volvió más errática.

Kitty Noir se mordió el labio, tratando de pensar en algo para calmarla. Su respiración se volvió cada vez más errática, su agarre en sus brazos apretándose, la felina temía que se lastimara.

"Está bien, no llamaremos a la policía, pero tienes que calmarte."

La chica parecía no haber escuchado, de hecho, sus ojos, a pesar de mirarla, estaban desenfocados, observando la nada. Kitty estaba preocupada, sacudiéndola suavemente para tratar de hacerla reaccionar, sin éxito. Después de unos segundos, sus ojos se cerraron lentamente y se quedó flácida en sus brazos, con las manos aflojando su agarre sobre sus brazos.

Las aventuras de Lordbug y Kitty NoirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora