Conversaciones en el techo

70 6 1
                                    

Lordbug se movió por la ciudad de París a gran velocidad, aún sonriendo. El día había sido perfecto, culminando en una cena con sus padres, y aunque tendría una sesión de fotos a la mañana siguiente para compensar el día de hoy, no estaba molesto.

Pronto llegó a la Torre Eiffel, recorriéndola para buscar a su compañera, viéndola acostada en una de las vigas, con los brazos detrás de la cabeza, una pierna colgando y su cola balanceándose perezosamente.

"Hola, my Kitty."

La felina giro la cabeza ligeramente, lo suficiente como para mirarlo, sonriendo y volviendo a su posición original.

"Buenas noches, my Lord. ¿Cómo fue tu día?"

"Fantástico" respondió el rubio con una sonrisa. Le hubiera gustado revelar por qué, pero pensó que era mejor mantener sus identidades en secreto, al menos por el momento. "¿Lista para patrullar?"

"Sí, pero primero..." Kitty Noir rodó sobre su espalda, cayendo al suelo a cuatro patas y se puso de pie. "Tenemos que visitar a nuestro querido teniente alrededor de las once de la noche."

Lordbug frunció el ceño, confundido, mirando a su compañera con curiosidad.

"¿Eso por qué?"

Kitty miró hacia otro lado, caminando hacia el borde de la plataforma en la que estaban y explicando lo que había sucedido. El héroe manchado frunció el ceño, y cuando terminó de hablar, se centró en la vista de la ciudad. ¿Qué tenía al teniente Raincomprix tan preocupado y paranoico?

"Está bien, iremos allí después de nuestra patrulla."
_______________________________________

Roger Raincomprix estaba sentado en su cama, ya vestido con su pijama, listo para quedarse dormido, pero incapaz de hacerlo. Su hija se había acostado hace un tiempo, algo por lo que estaba agradecido, ya que no quería arriesgarse a que descubriera la reunión que iba a tener.

Miró de su despertador a su móvil, esperando una llamada, un mensaje, algo para indicar que habían llegado. 23:02, 23:03, 23:04... ¿dónde estaban?

Finalmente, alrededor de las 23:12, su móvil vibró, y cuando miró la pantalla, vio el número desde el que Kitty Noir había llamado la última vez.

KN: Estamos en su techo, teniente.

Roger vio el mensaje durante unos segundos antes de levantarse y salir de su habitación, con cuidado de no hacer ruido. Su mirada se centró por un momento en la puerta de la habitación de su hija antes de salir de su apartamento y subir al techo.

Al salir al aire frío de la noche, no notó nada al principio, pero pronto vio a Lordbug apoyado en la pared que separaba el techo de la calle, girando la cabeza para mirarlo con una sonrisa educada.

"Debo decir que es extraño verle en pijama, teniente."

Roger se giró, viendo que encima de la entrada del techo estaba Kitty Noir, acostada perezosamente con los brazos detrás de la cabeza.

"No estoy de servicio, solo llamadme Roger" dijo, enfocándose principalmente en Lordbug y extendiendo una mano para estrecharla. "Es un honor verle en persona, Lordbug."

Por un breve momento, notó que la atención del héroe estaba atraída detrás de él, a Kitty Noir, asumió, y cuando lo miró de nuevo, su sonrisa era más fría, y sus ojos mostraron algo de disgusto, lo que le dió curiosidad.

"El placer es nuestro."

Correcto, Roger había olvidado que Lordbug no reaccionó bien a que ignoraran a su compañera. Hizo una nota mental para no cometer el mismo error en el futuro.

Las aventuras de Lordbug y Kitty NoirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora