Primer beso

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-solo tienes que mover tu mano con un movimiento ligero, circularmente -dije enseñandole -despues ya es pan comido -agrege.
-asi? -preguntó la chica Longbottom imitandome- no se como puedes lograrlo tan facil, a mi no se me da tan bien.
-es solo practica Grace -conteste con una sonrisa tranquilizadora.
De repente escucho mi nombre y miro al frente. Una chica de rojizos cabellos corre hacia mi sollozando, en cuanto llega se lanza a mis brazos, yo solo la abrazo, abrumado por su actitud.
-sacame de aqui Harry -musita en mi pecho. Miro a Grace disculpandome con un gesto de cabeza, ella asiente para luego seguir a la horda de estudiantes que se dirigen a sus clases.
La tomo de la mano separandola de mi, ella no me observa, sino que limita a bajar la mirada aun llorando.
Camino con toda seguridad hacia mi escondite, una pequeña habitacion que descubri en segundo año gracias al mapa del merodeador. Solo hay que ponerse frente aquella pared y empujar suavemente un ladrillo que a simple vista no llama la atencion, pero examinandolo bien es un poco abultado. Se forma un agujero y Rose entra sin siquiera preguntar o sorprenderse.
Cuando estoy dentro los ladrillos vuelven a juntarse. Enciendo las velas con leve movimiento de varita.
La chica sige de pie cabizbaja.
-puedes sentarte ahi -sugiero apuntando al colchon que esta en una esquina.
De encima de un maleta que uso como mueble saco un botellon de licor de miel y lleno dos tazas.
Me siento con ella en el colchon no sin antes apartar algunos libros. Le ofresco la bebida.
-no cuento con agua potable.
Rose rie bajito y recibe la taza. La verdad es que de licor solo tiene el nombre ya que apenas si tiene una gota de alcohol.
Nos quedamos en silencio sorbiendo la bebida. No se porque me fijo en el desorden que tengo en este lugar. Libros esparcidos a un lado, comida a medio comer en platitos de plastico, papeles de golosinas en el suelo. Y hasta reparo en que justo bajo el lado del colchon en donde esta sentada la chica es el lugar donde guardo mis revistas tipo "brujas candentez".
-rompi con Roger -dice en un hilo de voz mirandome al fin.
¿que debo decir? Para mi eso es lo mas bueno que he oido, sin embargo no creo que le agrade que le diga eso. Solo digo:
-que mal -ella me mira sin expresion. Lo correcto era decir aquello aunque no fuera verdad. Roger es un idiota, con un cerebro de insecto que para lo unico que es bueno es para el Quidditch, siendo golpeador claro.
-se puso como un loco y me grito insulto tras insulto, yo solo... -dijo y volvio a llorar.
Por un impulso comence a secar sus lagrimas con mi pulgar, se sentia bien la calidez mezclada con la humedad. Desee acariciar su mandibula, las pecas de su nariz. Y sorpresivamente me encontre trazando sus labios con dedos temblorosos. Ella tomo mi mano entre las suyas, crei que se habia molestado por tan atrevido gesto pero enseguida eso quedo olvidado, se inclino hacia adelante y me beso.
Jamas en mi vida habia besado a una chica, ni siquiera sabia cual eran las reglas. Sin embargo trate de hacerlo.
Y no era para nada dificil. Los labios de Rose cabian perfectamente en los mios, sabia a miel y ha fresas una combinacion que nunca se me habia hecho tan apetitosa. Senti como el calor se habia instalado en mi rostro. Me dije porque habia perdido tanto tiempo si esto es increible. Es una danza, un abrazo, un estimulo tan grande que quiero fundirme desesperadamente en su boca y vivir ahi hasta que ya no pueda mas, hasta embriagarme de infinitas vidas junto a ella.
Fue Rose la que se aparto primero, jadeando como si hubiera pasado horas sin respirar, horas que para mi fueron segundos convertidos en magia.
-lo siento no debi haber hecho eso, fue muy atrevido de mi parte. Si te molestó... -se estaba levantando torpemente dejando caer sin darse cuenta el licor que se desparramo por toda la alfombra.
Me puse de pie impaciente y me acerque a la chica casi hasta tocar su nariz con la mia, sus pestañeos eran como aleteos de mariposa y esta vez fui yo quien tomo la iniciativa. Con una mano tome su cintura empujandola contra mi cuerpo y con la otra acaricie su nuca. Volvi a saborear aquel postre con mucha mas intensidad, descubriendo su lengua en el camino, fue un jugueteo que me hacia querer mas, sin embargo me detuve tenia una pregunta que me quemaba la garganta y no queria esperar mas.
-quieres ser mi chica?
-entonces eso de "que mal" fue...? -preguntó suspicaz.
-pura basura.
-Harry. Necesito tiempo para esto -declaró sentandoce nuevamente pero esta vez poniendo la barbilla sobre las palmas de las manos.
La impaciencia se convirtio en una bola de demolicion que me golpeo el estomago con fuerza.
-quiero ser tu novia pero en este momento no.
-y en español es?
-acabo de romper con mi novio. Necesito estar segura de que mi desicion contigo, no tenga nada que ver con eso. Eres un chico magnifico y no quiero herirte.
Me puse en cuclillas frente a ella.
-de que manera me heririas tu Rose? -le dije corriendo un mechon de cabello de su cara y poniendolo tras su oreja.
-dandote un "si" ahora.
Cuando se fue le dije que la entendia, cuando eso esta muy lejos de la realidad. Le dije adios cuando deberia haberle dicho que la queria. Le dije que la esperaria cuando no queria hacerlo.

Pasaron dias despues de eso, en los que por algun motivo no podia mirar a Rose sin ruborizarme, no podia hablar con ella normalmente ya que involuntariamente no quitaba la vista de sus labios. Esto me traia con un humor de perros, ante la impotencia de no saber si la chica se decidiria de una vez o jamas diria nada, porque algo esta mas que claro Rose me tiene en sus manos y yo ni siquiera puedo pensar en escapar. Por lo que decidi evitarla para no sentirme tan aturdido.

-en verdad crees que eso va a funcionar? -pregunta Hugo burlón, moviendo un peon en la tabla de ajedrez magico.
-claro, mover un caballo para eliminar tus defensas...
-no me refiero a eso -musitó con el ceño fruncido planeando el proximo movimiento- sino a Rose.
-que con ella.
-ignorandola solo vas a conseguir que te odie -elimino a mi caballo sutilmente.- no la apresures, se paciente o perderas la oportunidad hermano.
-entonces debo...? -digo usando a la reina para eliminar a su torre.
-enfriar tus ansias.
Hugo tiene razon, la verdad es que solo he reparado en mi y en mi desesperacion en vez de ver por Rose quien no la esta pasando bien y aun con eso piensa en mi bienestar emocional, ya que no quiere que crea que me acepta por despecho.
-desde cuando entiendes a las mujeres?
-no olvides que tengo 4 hermanas -dijo sonriendo de oreja a oreja- por cierto...haque mate -agrego mientras su reina destrozaba a mi rey haciendo que saltaran pedacitos de marmol por todos lados.

Mago y tributoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora