Llego farfullando a mi piso y me hundo en el sillón con los brazos cruzados sobre el pecho, soltando un bufido. ¿Qué me enoja más? Lo manipulador que es Peeta o lo ruborizada que se puzo Katniss ofreciendo una reacción tan real, como si de verdad sintiera algo por el chico de su distrito. Me pone furioso y es tonto tomando en cuenta que apenas la conosco.
-Te luciste hoy -menciona Blight sentandoce a mi lado y palmeandome la espalda -de seguro Johanna te conseguira buenos patrocinadores...eso si no anda de malas -suelta una carcajada y pone los pies sobre la mesita de vidrio y comienza a sorber un liquido ambar de la copa que sostiene. Chasquea los dedos y ordena a uno de los avox traer una botella de aquel liquido y otra copa. Vierte la sustancia en la copa y la dirige a mi.
Le lanzo una mirada confundida.
-Bebe el paraiso antes de lamer el infierno -agrega cansinamente. Sospecho que esa frase la dice todos los años a sus tributos, ya que luce un poco triste como si ya hubiera visto mi muerte en la pantalla. Recibo la copa y comienzo a examinar su color con ojos suspicaces, como no hay nada sospechoso la vacio de un trago sintiendo burbujitas en la lengua fusionado con un sabor dulce y calido, este es el brebaje de los dioses. Alzo la copa para que el avox me sirva más y lo detengo cuando el liquido casi se darrama. Me recuerda mucho a Hogsmade, a las salidas con Rose y con Hugo, a las sabrosas cervesas de mantequilla, las travesuras en la tienda Weasley y en los caramelos. Decido aferrarme a los recuerdos felices.
-Tranquilo niño no querras tener resaca en pleno inicio de los juegos -aconseja el hombre lanzando lejos sus zapatos.
La botella se vacia en un rato y no es que fuera algo grande mas bien era mediana y la mayoria fue bebida por Blight quien se ve tan solido como una roca, mientras que yo, a la cuarta copa ya no puedo más, me siento mareado y con un leve calor subiendo e instalandoce en mi rostro.
-¿¡Qué se supone que estas haciendo!? -Johanna esta frente a mi con lo brazos en jarra y una cara de asesina. Charlotte esta a su lado con los ojos llendo de las copas hacia mi constantemente.
Me giro hacia Blight quien se hunde en el sofa tratando de desaparecer de la mirada de la mujer...se ve aterrorizado.
-Nada solo me divertia antes de ir a la arena- senti la lengua adormecida y me costo hablar, pero al menos no parecia un bobo (o eso imagine)
Johanna advirtio en Blight quien le esquivaba la mirada -¿es esta una estrategia tuya para que el no este al cien por ciento mañana y a ella le sea más facil matarlo? -acusa la mujer echando chispas por los ojos. Lo que dice tiene mucho sentido, pero no creo que Blight sea tan bastardo como para hacerme eso, o al menos quiero creerlo.
-claro que no! -refuta, sosteniendole la mirada para que sepa que dice la verdad -solo queria que viviera una etapa de la adolescencia antes de...
-¿¡Crees que no he hecho las cosas bien para que el viva!?
-No, no es lo que trato de decir.
Charlotte toma mi brazo con intención de que salgamos de aquella discusión, lo que no me parece mal ya que en cualquier momento Johanna me regañaria y eso no se me antoja. Nos detenemos en el pasillo, me dispuce a abrir la puerta de mi habitación pero ella me sostiene el brazo, trato de mirarla con el ceño fruncido pero no puedo enfocar bien su cara.
-Queria decirte algo que me he estado guardando los ultimos dias -susurra con los ojos brillantes- me gustas mucho- acorta la distancia entre nosotros esperando una respuesta. Estoy demasiado ebrio para buscar las palabras indicadas y dejar todo claro, sin embargo no lo estoy lo suficiente como para contestar cualquier cosa.
-eh...yo...- ella se inclina hacia adelante posando sus labios sobre los mios y enrollando sus brazos alrededor de mi cuello. Subo mis brazos para intentar detenerla pero me descubro tomando su cintura. Ella abre la puerta de mi habitación, me conduce al interior y cierra con una suave patada.
Nos besamos desesperadamente, no hay suavidad, no hay delicadeza...no hay amor, solo una pasión desenfrenada. Me quito la chaqueta, ella me quita la camisa y desliza sus dedos por mi pecho, mi torso. Me empuja a la cama y cae sobre mi, se deshace de su vestido en un segundo y yo comienzo a besar su cuello. Murmuro un nombre no se cual ya que mi voz se oye lejana. Todo este tiempo he mantenido los ojos cerrados.
De repente llega a mi mente una mirada, una sonrisa que yo habia provocado, un gesto de pesar, de empatia que hace que las sensaciones vuelvan y aquella fortaleza, tenacidad y hermosura. Trato de besar los labios de Charlotte imaginando que son los de ella, trato de acariciar su piel como si fuera la de ella...ella que esta tan cerca y a la vez tan lejos de mi.
Abro los ojos y me encuentro con un cabello rubio, una mirada cerulea, una piel palida, ella no es la que yo quiero- Charlotte -musito separandome de su boca ella enseguida vuelve a besarme- Charlotte detente -digo mas fuerte.
Ella me mira incredula.
-Lo siento pero no puedo- replico haciendola a un lado, sin ser brusco claro.
-Es por lo de mañana, cierto?- agacha la cabeza apenada- sabes que solo uno de los dos vivira asi que prefieres no involucrarte con nadie.
Me siento dandole la espalda para no tener que responder, ya que si bien tiene cierto grado de verdad lo que ha dicho, no es del todo cierto, yo no puedo estar con ella porque deseo a otra persona, alguien inalcanzable, sin embargo totalmente admirable...como la luna.
-Lo entiendo -dice al final. Se viste denuevo con el vestido, se acerca a mi y se inclina pero esta vez para darme un beso en la mejilla. Sale de la habitación.
Quice recordar el nombre que murmure ¿acaso fue el de Katniss o el de Rose? Menos mal que Charlotte no me escucho.
Mañana comienzan los juegos y no hago más que darle vueltas al asunto ¿sobrevivire? O ¿morire? Y si es así ¿como perdere la vida? Hay mil maneras de ser asesinado o morir y cada una me resulta atemorizante tanto que un escalofrio me recorre todo el cuerpo de una forma lenta, disfrutando cada centimetro de piel.
De repente otro pensamiento se suma a la bomba de inquietudes en la que se ha convertido mi mente, algo que me pregunte en un principio pero que olvide ¿quien es el enemigo hoy y quien será el enemigo mañana? El capitolio me esta quitando mi humanidad pero tambien la confianza en la humanidad. Así que basicamente me transforma en un arma, un peón para sus propios propositos que maneja a su antojo. Soy yo quien en algun segundo (tengo claro que pasara) se manchara las manos con sangre inocente, sí, porque todos los tributos somos victimas, hasta el imbecil de Cato o la pequeña Rue, ambos sufren la misma injusticia (aunque en distintos grados, pero injusticia al fin y al cabo). Solo somos crios asustados manejados por un perverso, enfrentados unos a otros y no hay nada que podamos hacer al respecto. Es una mierda lo mires por donde lo mires.
Algo me hace llevarme rapidamente la mano al cinturón y en cuanto me doy cuenta de que no esta lo que busco y probablemente no estubo desde hacia tiempo, una desesperación se empieza a apoderar de mi.
-Soy un idiota! ¿como no me di cuenta antes?
Vamos recuerda...la guarde cuando mamá me la dio, luego estube en el tren y... Malditacea! Debo haberla dejado en aquella habitación.
Reviso el mueble de la ropa aun medio tambaleante, ya que bueno no estas sobrio en unos minutos. Arrojo toda la ropa al suelo, doy vuelta la cama, saco los cajones del velador...nada no encuentro nada. Al final termino tan mareado por las vueltas que le di a la habitación que me tumbo en el colchon que deje en el suelo, cierro los ojos y no se como me duermo al instante ni siquiera recuerdo haber estado tan cansado.
Desperte solo empujado por un liquido agrio, caliente que subia sin control por mi garganta. Corri al baño y solte todo el licor, me quedo un sabor horrible en la boca, ya no es tan dulce ahora, no? Dijo una vocecita en mi cabeza, una que enseguida calle con un Que te den.
La cabeza me retumba como si tubiera un corazon en las sienes. Me restriego los ojos y un tipo frente a mi me devuelve la mirada, se ve terrible: con el cabello en punta, el lapiz de ojo formando unas sombras de persona enferma e incluso lapiz labial por la boca y la mandibula. Me lavo los dientes porque la prioridad es no tener ese desagradable vomito. Luego me quito los pantalones, los calzoncillos, los zapatos y los calcetines. Me ducho con agua helada para activar mis sentidos, salgo con una toalla envuelta en la cintura y el cabellos goteandome en el pulso de la cabeza.
Una chica avox entra a la habitación, con la ropa que me asignaron al parecer y al mirar alrededor abre los ojos de par en par, sigo su mirada y advierto en que la habitación es un verdadero desastre.
-No te preocupes yo limpiare todo -me apresuro a contestar. La chica mueve la cabeza de un lado a otro. Me ofrece la ropa y al tomarla me da un vuelco al corazón. Mi varita esta ahí sobre los pantalones y tambien una nota.
No se que significa esto para ti, tampoco quiero saberlo, solo se que te importa y pense que querrias tenerlo de vuelta. Lo escondi para que no lo confiscaran (si vieras el tipo de cosas que traen algunos tributos).
Pdt: jamas te di nada, esta nota jamas existio.
J
No se que queria hacer más si abrazar con todas mis fuerzas a Johanna o gritar de felicidad con todas mis fuerzas. Rompi la nota en mil pedacitos y la arroje al vater para despues tirar de la cadena.
Ayude a la avox a limpiar todo antes de vestirme, quedo tan impecable como el primer dia. La ropa que vesti era una remera negra, un pantalon color caqui con un cinturon grueso negro carbon, unas calcetas gruesas de algodon y unas botas lustrosas pesadas con buen agarre.
Sali al comedor y me encontre con una Johanna con las manos extendidas sobre la mesa, de pie con la espalda recta y con la cabeza inclinada hacia abajo. Me acerque en silencio y pose una de mis manos en su espalda trazando con mi pulgar una linea de arriba a abajo. La senti tensarse y su mirada profunda puesta en mi.
-tomate esto -dijo señalando con la cabeza un vaso de agua y unas pastillas- son para la resaca.
Tome asiento y le agradeci silenciosamente. Acerco a mi un plato lleno de comida y una jarra de agua. Comence a comer como si se fuera a esfumar todo repentinamente.
Era increible lo silenciosa que estaba Johanna.
-¿Blight y Charlotte?- pregunte, solo para crear conversación.
-Se fueron a esperar el aerodeslizador.
Asenti y al terminar de llenarme la tripa nos dirigimos tambien a esperar y despedirnos.
-No hagas nada estupido -me presiono los hombros con sus dedos delgados.
-Oye eso ofende -respondi a modo de broma por lo cual ella rodo los ojos.
-Podrias dejar de tomar esto como un chiste -mascullo taladrandome con la mirada.
-Johanna...volvere, lo prometo -afirme con la seguridad maxima que te puede dar una promesa hacia una persona que quieres.
La mujer me abraza, se siente raro al principio porque no me lo esperaba, sin embargo correspondo. Siento un nudo en el estomago y no quiero dejarla ir...ella ha sido mi familia durante este tiempo y no quiero que se vaya y tener que volver a estar solo...no quiero dejar de oir su voz, de ver su ceño fruncido...sus regaños. En verdad la necesito para ser fuerte.
-Potter -musita oculta en mi cuello, no se porque me estremesco- ya debes irte.
Me separo...mi corazon late como loco, deben ser los nervios que te produce la muerte cuando respira impaciente en tu nuca.
Voy a decir algo pero Johanna me detiene, no puedo decifrar la expresión de sus ojos. Sin embargo se que no lo soporta.
-Vete ya -ordena con voz ronca.
Yo tampoco lo soporto así que me subo al aerodeslizador lo más rapido que puedo, sin mirar atras.
Tomo asiento y enseguida se me acerca una mujer con una jeringa.
-¿Qué es eso?
-Un rastreador.
La mujer advierte en mi expresión de miedo y sí lo confieso le tengo fobia a las inyecciones.
-Mira hacia otro lado si quieres.
Lo hago, mi espalda esta recta y mi cuello duro, mis manos agarradas al apoyabrazos con fuerza tanto que los nudillos se me vuelven blancos.
-dame tu brazo.
Mi mano es un puño. Siento entrar la aguja, aprieto la mandibula.
-ya esta -anuncia la mujer llendoce.
Me desparramo en el asiento mirando por acto de reflejo mi antebrazo no veo nada, sin embargo siento un pequeño bultito bajo la piel. Es incomodo en verdad.
Estamos volando y nos aseguran unos arneces al cuerpo por seguridad. Noto que alguien aprieta mi mano, es Charlotte y su cara se ve igual de aterrada que en el dia de la cosecha, le aprieto de vuelta para darle apoyo. Musito un tranquila en su oido y ella recuesta su cabeza en mi hombro, no se lo impido ya que estoy muy ocupado serenandome a mi mismo. Miro a todos los jovenes que se encuentran aqui, la mayoria morira el primer dia...hasta yo no estoy tan seguro de que vivire, pero debo hacerlo, por mi madre...y por Johanna quien se sumo a mi lista de promesas.
Solo espero no tener que matar a Charlotte o a Katniss.
Bajamos, cada uno entra a un sitio distinto. Abro la puerta y ahi esta mi estilista examinando una campera.
-ah ya llegaste -dice haciendo un gesto para que me acerque.
-¿eso usare?
-Si...te esperan noches frias o quizas un paramo helado.
Me imagino congelado sin poder moverme.
-Bueno, pontela.
-cincuenta segundos -anuncia una voz femenina.
-metete aqui...es el lugar de donde saldras- me dirige a un tubo gigante- ah y si sales antes del tiempo asignado cabum! Vuelas por los aires, entendido?
-sí, me quedó claro la parte en la que vuelo por los aires -musito con una risa nerviosa.
-cuarenta segundos.
-adios...suerte.
Una puerta transparente me encerro en el tubo y la plataforma comenzo a subir como una especie de ascensor. Cuando se detubo una luz ceguadora impacto en mis ojos. La imagen se hizo mas nitida a medida que mi vista se adaptaba. Me encuentro parado en una plataforma al igual que los otros tributos a mi alrededor, formamos un circulo perfecto y una estructura en forma de cuerno es el centro en este hay todo tipo de armas y provisiones, claro todos iran a por ello y se armara un jaleo de muertes. Ir ahi no seria sensato pero debo conseguir algo para defenderme, tengo mi varita oculta en el cinturon, sin embargo usarla es delatar al mundo magico o ir a Azkaban, eso seria peligroso. Me prometo usarla solo cuando la situación se ponga realmente fea, quizas cuando este a las puertas de la muerte o algo así.
-diez segundos -anuncia la voz- nueve...ocho...siete...seis- fijo mi vista en el hacha que esta en la pared del cuerno junto a las otras armas. Si soy lo suficientemente rapido como para correr, llegar al arma y perderme en la espesura del bosque seria ideal...lo intentare.
-cuatro...tres...-me preparo para correr, aprieto los dientes y no quito la vista de mi objetivo- dos...uno...Que empiecen los septuagesimocuartos juegos del hambre.
El sonido de un gong hace que corra como alma que lleva el diablo, llego al cuerno y tomo el hacha, pienso en tomar otra cosa como un cuchillo y la duda hace que alguien me tire al suelo, se me cae el arma y cuando intento llegar a ella un peso me lo impide. Es Cato y me sonrie con malicia alza su espada.
Creo que en el fondo sabia que iba a morir a manos de él y como dijo Johanna...no duraria ni tres minutos.
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Mago y tributo
أدب الهواة¿Qué sucedería si fueras un mago y además fueras seleccionado para los Juegos del Hambre? A esto se enfrenta Harry, uno de los sucesores del Elegido. Utilizar la magia para sobrevivir significaría exponer el mundo mágico frente a todo Panem, algo qu...