Su nombre es Katniss

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Me encuentro en un lago flotando como si estuviera muerto, probablemente sería mejor que lo este, aunque temo mucho a la muerte. Abro los ojos buscando algún indicio de vida, veo el cielo tan claro y cerúleo, el sol que de por si me ciega no logra darme el calor que necesito, ya que me siento congelado y mis dientes castañetean con frenesí. Algunos arboles se hacen parte de mi campo visual, apareciendo prácticamente de la nada misma...esto es un sueño, pero no tengo claro si es bueno o una pesadilla. Hace mucho tiempo que no soñaba a colores. No recuerdo en que momento me dormí ni cuando llegue aquí.

De repente algo me hace salir de mis cavilaciones: una fuerza extraña y sobrenatural me hunde hasta el fondo del lago, como si tuviera una roca atada a los tobillos, trato de luchar, de patalear para salir a la superficie, sin embargo es imposible porque no puedo moverme, estoy inerte ahogándome cada vez más y más, es desesperante ademas de tremendamente doloroso al sentir como mis pulmones pesan como plomo, llenandoce de agua. Solo puedo limitarme a observar la luz del día alejarse y la oscuridad abalanzandoce en un clavado perfecto...si esto es un sueño ¿por qué siento que se me escapa la vida entre los dedos? ¿acaso es uno de esos sueños en los que mueres de verdad? Se que una pequeña parte de mi quiere rendirse, pero jamás creí que esa fuera la que dominara mi forma de actuar, se supone que le prometí a mamá que volvería a casa.

Oigo una voz a lo lejos como un susurro.

-Harry abre la maldita puerta -¿De que habla aquella voz? Yo no veo más que agua negra y espesa. Luego escucho un golpe que se pudo haber oído fuerte de no haber estado sumergido, así que solo llega a ser un ruido sordo. En ese mismo momento salgo del lago como empujado y vomito todo el agua que trague, recupero el aliento al instante al igual que la movilidad y advierto en que estoy tumbado en el piso del baño, desnudo y con dos miradas abrumadas cayendo sobre mi como halcones.

-En que estabas pensando idiota! -exclama Johanna, abofeteándome en la mejilla y lanzando una toalla directo a mi cara.

-¿Estas bien? -pregunta Blight a mi lado con toda la ropa mojada, imagino que el fue quien me saco de la tina, que esta rebalsada de agua.

Asiento. Mi mentora me toma con fuerza el mentón clavándome las uñas- no seré el hazme reír de los mentores, por no poder mantenerte vivo hasta los juegos, así que escucha bien...ni pienses en hacer algo así de nuevo o yo misma te cortare con mi hacha uno por uno los dedos de la mano -tiene una cara de demente, por lo que no dudo en que lo haría.

La mujer se pone de pie y sale del baño.

-Ponte ropa, te esperamos en el comedor -dice Blight siguiendo el mismo camino que Johanna -por cierto...cancelamos el agua para tu baño -añade.

Me visto con la ropa de los cajones: unos pantalones negros, unas botas del mismo color y una camiseta blanca con el cuello en uve.

Llego al comedor, el cual esta rebosando de comida, toda la que puedas imaginar, algunas incluso raras que nunca había visto en la vida. Tomo asiento notando el silencio hostil que se instala en el lugar cuando estoy ahí, Johanna mira su plato como si fuera un arma mortal, Blight pasa su vista de mi hacia la mujer, con precaución, en cuanto a Charlotte solo se limita a encogerse en el asiento muy tímida para mirar a nadie.

Me sirvo lo que encuentro más apetitoso, para finalmente terminar con una montaña de comida en el plato, me avergüenzo un poco, pero luego recuerdo que pasaré hambre en el futuro, es decir, la arena y necesito ganar peso.

-Coman todo lo que puedan chicos -aconseja el hombre saboreando una bebida burbujeante.

-Si para que al menos mueran con el estomago lleno -ladra la mujer con voz seca.

Mago y tributoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora