Castigo

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-No estoy de humor- dijo claro, mirando a su oponente. -Vámonos- tomó mi mano, para poder salir del lugar, sin dejarme despedir de las chicas.

El trayecto de camino, se pasó en total silencio, sin dejar de mirar la carretera.

Tenía curiosidad de su enfado, la razón de éste, ¿por qué llegó?, ¿que pasó?, tenía tantas preguntas pero a la vez tenía miedo de sus respuestas.

Llegamos al departamento en total silencio hasta que se cerró la puerta detrás de nosotros. Lo miré fijo para poder saber lo que piensa pero es tan difícil descifrar su mirada y emociones. Comenzó a crecer el miedo ante su mirada. Zafó el cinturón que sostenía su pantalón, me miró fijó, sin ninguna emoción. Tenía miedo, creí que sería golpeada por este objeto, cerré los ojos con fuerza para no ver, sabía que me dolería sus golpes pero esto no pasó. Tomó el cinturón y lo pasó por mi cuello, sujetando éste como una correa. Abrí los ojos, lo más grande que pude, ante esta acción, que me sorprendió.

-¿Amor?- lo llamé lo más tierno que pude.

-De rodillas- ordenó sin dejar de sujetarme.

Tan obediente me volví, ante sus palabras, caí de rodillas y lo miré nuevamente, él solo se limito a sonreír. Desabrocho su pantalón y bajo este junto con su bóxer. Dejando ante mí su pene erecto.

-Ya sabes que hacer- me miró fijó. -Te has portado muy mal, me desobedeces, no contestas mis mensajes y llamadas, ¿Qué crees que soy? ¿Tú estúpido?- hizo una pausa y continuó.-¡Soy tu maldito novio!- gritó.

-Mi amor-

-No quiero oír tus excusas, hazme un increíble oral, ahora mismo, quiero tus labios en mi pene, ¿Qué no lo entiendes?- sujeto mi cabello en forma de coleta, jalo esta provocado que mis labios se abrieran, dejando entar su intimidad en mi boca. Haciendo movimientos con su pelvis y cadera.

Sus movimientos eran fuertes y rápidos. Me apoyé en su pierna derecha y con la otra mano sujete sus testiculos, provocando un gemido de su parte. Continuamos en esta posición un largo tiempo, hasta que se corrió en mi boca. Mi temperatura había subido, estaba exictada, ahora era yo quien lo necesitaba dentro de mí.

-Vámonos a dormir- dijo, mientras acomodaba su ropa.

-Pero- traté de hablar.

-Pero nada T.N, esto es solo para mí, ya me satisfací y ahora quiero dormir- me miró.

-Pero yo no- contesté enojada.

-No te lo mereces, es tú castigo y cuidadito, si descubro que te martusbaste, no te vuelvo a tocar en un largo tiempo-.

-No puedes hacerlo- me queje.

-Si puedo y ya lo hice- soltó el cinturón de su mano y camino sin voltearme a ver ni un segundo.

-¡Min Yoongi!- grite. Estaba muy enojada y deseosa, porque me excito si me iba a dejar así.

Lo seguí a la recámara y cerré esta con fuerza, él solo me miró y se dispuso acostarse en la cama. Lo abracé por la espalda detenido sus movimientos.

-¿Qué haces?- preguntó sin mirarme.

-Solo quiero estar con mi novio y disfrutar de su cuerpo. ¿Acaso no puedo?- acerqué mis pechos más a él.

-No puedes, ya te lo dije, estas castigada- soltó mí agarre.

-¡Malditasea Min Yoongi!-

-¡Cuidado en como me hables! ¡No somos iguales!- subió su tono de voz.

-¡Mírame!- ordene.

-No hay forma de hablar contigo- se dio por vencido, tomó una almohada, y la frazada. -Me voy a dormir al sofá- dijo dispuesto a salir, bloque la puerta con mi cuerpo.

-¡No! ¡Dormirás conmigo aquí y ahora!- grite con todas mis fuerzas.

Me miró fijamente, su mirar era tan penetrante, provocando escalofríos en mí. No dejo de mirarme ni un instante. Comencé a bajar el cierre de mi vestido lentamente, quería provocarlo, que deseara tocarme, que su enfado desapareciera. Comencé a mover mis caderas mientras baja de mi cuerpo el vestido, él solo se limito a mirarme nuevamente.

-¿No te provocó?- lo miré fijo. -¿No te atrae mi cuerpo?- Baje un tirante del sostén y mordí mi labio. -¿Ya no te excito?- no deje de mirarlo y baje el otro tirante. -¿No deseas tocarme?-

-¡Malditasea T.N! Ya sabes que me encantas, que me provocas y me seduces pero hoy no pasará nada, porque no te lo mereces- dijo firme pero no me daría por vencida tan fácilmente.

Malditasea, este hombre se hace del rogar, pensé. Claro que no me daría por vencida. Desabroche el sostén dejándolo caer frente a sus ojos, los cuales observaron mis pechos con descaro. Su mirada se intensificó. Perfecto ya casi cae. Tomé los tirantes de la tanga y comencé a bajarlos lentamente, él solo miraba mientras pasaba su lengua por sus labios.

-No lograrás nada T.N- dijo sin dejar de mirarme.

-Yo creó que si- me burle de su mirada, termine bajando mi tanga y se la lanze a sus manos, las cuáles la sujetaron con fuerza, dejando caer la almohada y la frazada. -¿No me deseas?- comencé a tocar mi cuerpo lentamente y con mucho descaro.

-Ya sabes que te deseo- me miró de pies a cabeza. -Quiero tocarte- admitió.

-Hazlo-

Se acercó a mí, dejando unos escasos centímetros de nuestros cuerpos, su respiración era agitada igual que la mía. Miró mis labios con deseó. Tomó mi mandíbula y hablo.

-Hoy no- dijo serio. Me tomó de los hombros. Ya gane pensé. Pero el solo me quito de la puerta para poder salir.

-¡Min Yoongi!- volví a gritar. Pero él solo salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

¡Malditasea Min Yoongi! Maldecía para mis adentros. Estoy tan furiosa. Jamás me había dejado con las ganas y tan humillada como hoy. ¿Por qué mierda está tan enojado? Estaba frustrada. Ah, grite y solo pude oír sus risas fuera de la habitación.

-Guarda silencio, quiero dormir y los vecinos igual- dijo entre risas. Era claro el había ganado.

-¡Te odio Min Yoongi!- grite y me acosté desnuda en la cama. Ah, que genial día pasé. Me las pagaras todas juntas Min Yoongi, yo nunca olvido. Amenace.





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