Aquella melodía de verano © [BL] ✓ #PGP2024

Capítulo 2: ¿Conoces Reminiscencia?

❝ I never had nobody and no road home, I wanna be somebody to someone ❞

Airy.

El constante zumbido en mi oído estaba atravesando mi cabeza como si de una flecha se tratase. Parecía que me estuvieran pisoteando la cabeza, o mejor aún, como si mi madre me la hubiera estampado contra la pared de nuevo, pero una y otra vez.

No importaba cuántas pastillas tomara, hacía tiempo que ya no surtían tanto efecto en mí. Aunque sí aliviaban mínimamente todos los síntomas de la resaca, pero parecía más efecto placebo que las propiedades de los medicamentos.

—Airy, has vuelto a desafinar —suspiró exasperado Caleb, nuestro mánager, quien estaba al otro lado del estudio de grabación junto al resto del equipo.

Tyler comenzó a abuchearme, acompañado de Mya, mi hermano menor, recibiendo una mirada de odio por mi parte.

—Dejadlo en paz —rió Lyle—, vosotros tampoco habéis estado mejor.

—Mejor que él sí. —Tyler se encogió de hombros—. Y eso es lo único importante de verdad.

—Que te den, teñido de mierda —resoplé con cansancio, masajeando mis sienes con los dedos.

Dejé mi bajo a un lado y salí de la sala de grabación para meterme a la de descanso y tirarme en el sofá, seguido del resto de miembros del grupo.

—¿Tan fuerte como le diste tú ayer? —carcajeó—. Con todas esas marcas, no sé si has vuelto a pegarle una paliza a alguien o si has follado.

Se sentó a mi lado y presionó mi cuello.

Ren me había dejado chupetones y mordiscos hasta los hombros, por no hablar de los arañazos en la espalda. No recordaba claramente lo que había pasado, pero estaba seguro de que no había sido tan bruto como para merecerme tanto, sobre todo porque él fue quien dirigió todo.

—Sigo sin superar que Airy se haya descuidado por primera vez —sonrió con ternura Lyle—. Nunca antes había sabido de tus noches pasionales.

Quizá porque ayer fue la primera.

—Y yo preferiría que se mantuviera en secreto durante más tiempo —interrumpió Caleb—. Airy, ve a que te maquillen eso.

—No quiero. —Me encogí de hombros.

—Tienes que ir a ver al director ahora. ¿Qué va a pensar cuando te vea eso? —siseó.

—Me pondré una sudadera, no te preocupes.

—Eres tan... —Negó con la cabeza—. Olvídalo. Mejor reza para que esa chica no diga nada y mucho más para que no quede embarazada.

Dudo que se pueda quedar embarazado. Mucho menos que lo revele porque a quien más le afectaría es a él.