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—Yo voy a… yo voy a… —Aether gime, concorveando sus caderas, cerrando los ojos. El espiral en su estómago se incrementa hasta que está tenso que piensa que todo él va a explotar. De nuevo.
Las caderas concorvean en desesperación mientras se derrama, el semen caliente entrando en Lihua y pintando sus entrañas de blanco, el calor abrumador invadiendo su interior mientras ambos gimen en éxtasis.
Aether llora, desconsoladamente y con lágrimas bajando como cascada por sus ojos hasta mojar su cabello y la sábana, Lihua no se detiene, incluso cuando Aether ya se ha corrido dentro de ella.
Se levanta y repite el mismo movimiento, montando a Aether con rapidez hasta que sus extremidades se cansan y se detiene. Aether gime, llora, pateticamente, un desastre, un hombre arruinado reducido a ser solo un juguete.
Puede sentirlo, las palpitaciones rápidas de su corazón y de su polla, está tan sobre-estimulado que cada sensación es como si se multiplicará por si misma, es todo un infierno en el que Aether no sabe si desea continuar o es mejor parar.
Aunque su opinión no importa, no cuando se acerca a su pico, otra vez, Aether jadea mientras dice el nombre de su amante una y otra vez, como si fuera la única palabra que sabe, como si es lo único que su cerebro ya frito pudiera procesar.
Las caderas aumentan de velocidad, Aether se queja mientras Lihua sigue en lo que está haciendo, las caderas chocando con fuerza hasta que ya no puede más.
Aether grita, mientras se corre de nuevo, el semen saliendo con más intensidad y más cantidad, hay un bulto pequeño sobre las cargas que ya ha metido dentro de ella.
Llora mientras ruega porque se salga, Lihua tarda un momento en recomponerse antes de obedecer, con un esfuerzo sobre-humano, alza sus caderas mientras Aether ve con adoración el, su, semen que cae de su coño.
El líquido caliente, espeso y blanquecino sale a borbotones bajando por su muslo y cayendo en la superficie plana de su estómago, Aether piensa que estaría bien, que este tan llena que pueda sentirlo en su garganta, que pues recordar la sensación de sus paredes llenas.
Sin embargo, todo pensamiento es interrumpido mientras siente como su pene es tomado de nuevo, una sonrisa lujuriosa y bromista surcando los labios de Lihua mientras se levanta, lista para hacerlo de nuevo.
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