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Aether no es alguien difícil de dominar, arruinar o incluso transformar, es como un pequeño juguete que se adapta perfectamente a las necesidades de quien lo posee.
Es hermoso, desde la cabeza a las puntas de sus pies, piel tersa, ojos topacios que son tan expresivos como sus labios rosados y agrietados. Lihua podría estar horas viendolo, más si lo ve retorcerse de placer mientras está amarrado.
No había Sido difícil convencer a Aether, podrá pensar que el dominará en la relación, pero Lihua no ha vivido muchos años; conviviendo con humanos y descubriendo sus debilidades como para no ocupar su conocimiento adquirido en su amante.
El resultado es algo hermoso, Aether se ve tan etéreo, una figura divina mientras gime y llora, las manos esposadas, el cuerpo desnudo, lo que daría para ver esa imagen todos los días de su vida.
Sus gemidos son como una melodía creada por alguien de celestia, incluso las canciones de Barbatos parecen ser solo unos acordes al azar cuando lo escucha: destrozado, arruinado, reducido a alguien que solo busca el placer.
El sabor de su cuerpo sudado, un almizcle salado, su sangre; dulce, caliente, Lihua se vuelve adicta a beberla, así como sus gemidos, así como el semen que se derrama de su pene rojo, hinchado.
Aether es fácilmente dominado, no es que alguna vez tenga una buena oportunidad, no con Lihua. Pero ella le dará oportunidades, solo será que él las aproveche.
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