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Alza un poco más sus piernas, el crujido que hace es obsoleto a los golpes piel con piel que están haciendo. Están un puto callejón de Fontaine, follando en seco por la calentura con probabilidad de ser encontrados y ser llevados a la cárcel.
La polla de Aether entra con rapidez sobre su coño, el resbaladizo de la excitación incrementa hasta que gotea un poco sobre el piso. Una mancha gris húmeda. El guante áspero va directo a su clítoris, mueve la perla con la yema y la textura le hace apretar los dientes más fuerte.
Han tenido varios así, sexo rápido en algún lugar, nunca los han atrapado. Aunque su apariencia desordenada después de llegar al otro lugar siempre los delataba.
Aether es alguien... Especial. Al principio, se había negado a hacer cualquier acto de indecencia en público. Y ella había aceptado.
¿Se besaban? Si claro. ¿Se tocaban en eso? Claro, era caliente. ¿Se masturbaban? No. Y ahí acababa, en teoría.
Porque una vez, después de bailar con Nilou y ser coqueteada por ese baile más atrevido. (Era más difícil, era un reto) la arrastró a un callejón para darle un orgasmo que la dejo pensando aún después de días.
Entonces, era una cosa, cuando había provocaciones. O cuando Aether a veces simplemente, quería hacerlo. Lo hacían. Rápido, emocionante y genial.
Cómo ahora, unas cuantas embestidas más y Aether se corre, dentro. Lihua se acaricia a si misma unas cuantas veces más para correrse sobre la polla aún dentro de ella.
Cuando se separan, ambos caen el suelo. El semen sale de su agujero pero no se puede preocupar cuando sus piernas tiemblan. Había más fuerza y vigor para algo que solo duró diez minutos.
Entonces sí, hacían rapiditos. A veces muy tardados para ser llamado así, pero supone que realmente no le importa.
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