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Se coloca sobre su regazo mientras respira agitada, la forma en que su pecho se mueve, completamente irregular, hace que se de cuenta de lo emocionada que parece.
Aether ve con desesperación a Lihua, esperando el alivio de paredes estrechas y calientes, las manos están arriba, entre esposas que un caballero les había prestado.
Los ojos topacio de su amante se topan con los citrino, quiere rogar hasta que le den lo que quiere, lo que necesita, pero a su vez, la torturosa espera lo excita aún más.
Una mano cálida lo envuelve en su totalidad, moviendo su prepucio de arriba abajo en movimientos suaves, Lihua ve con atención como pequeñas gotas de líquido pre-seminal salen de la punta, hilos caen alrededor de su mano. Lame uno de sus dedos manchados mientras observa fijamente a Aether, ojos directos.
Se alza, ansiosa por lo que viene, coloca sus piernas a lado de sus caderas mientras sostiene el miembro erecto. Hay un presión contundente en su entrada vaginal, se detiene, respirando hondo pero sin retroceder.
Baja más, un gemido saliendo de su garganta mientras se inserta cada vez más, las piernas tiemblan, los muslos también, Lihua cierra los ojos con excitación mientras el dolor y el placer se presentan en su encuentro íntimo.
Las caderas bajan más y Lihua llora, lágrimas bajando por sus mejillas dejando un rastro hasta que caen sobre el estómago de Aether, quien gime ante su cara contorsionada, su cuerpo pide más y con un sentón, piernas temblando y un esfuerzo descomunal, baja las caderas hasta la base, metiendo a todo Aether dentro de ella.
Gime, llora, cierra los ojos ante el placer mientras arquea su espalda, las manos arañan el pecho de Aether mientras mira hacia arriba, la curva de su cuello bajo la luz de la luna hace que Aether quiera pasar su dedo por su afilada clavícula y clavar sus dientes en el terso lienzo en blanco.
Aether baja su mirada, desde su clavícula hasta lo senos, blancos y sudorosos, una aureola rosada tirando a café, Aether quiere pasar sus manos sobre ellos, jugarlos hasta que Lihua no pueda soportarlo más. Su mirada baja aún más, siguiendo las líneas de sudor que decoran su cuerpo hasta llegar a su vientre.
Al principio no lo cree, piensa que es solo una mala pasada de sus ojos hasta que lo mira con atención, en el vientre de Lihua hay… una protuberancia, un bulto en el mismo lugar donde se asienta su pene.
Aether gime mientras mueve sus manos, la piel de sus muñecas ardiendo mientras trata de safarse, necesita sentirlo.
Tal vez lo vió demasiado tiempo, tal vez su mirada de asombro y lujuria es demasiado obvia, porque cuando Lihua dirige su mirada a él mismo lugar donde él, gime con fuerza. Mientras agarra su rostro y mira, tan apasionadamente el bulto causado por su amante.
—¡Oh Aether! —una mano baja por su pecho hasta llegar el lugar, posándose sobre el bulto pero sin hacer nada— Me llenas… me llenas tan bien, tanto, tanto. Oh, ah, Aether, Aether, Aether.
Presiona su mano con fuerza mientras ambos gimen, Aether de sentir su pene siendo presionado aún más contra el interior de Lihua, y ella, por la sobre-estimulación que le causa.
Se levanta, haciendo un esfuerzo, Aether puede ver cómo el contorno de su pene sobre la piel desaparece antes de volver a aparecer. Lihua presiona con fuerza su mano sobre su vientre, mientras ambos gimen.
—¡Aether, Aether, Aether! —su nombre, sale como una maldición, una palabra que solo puede repetir una y otra vez, los movimientos no se calman y la noche aún es muy joven como para detenerse ahora.
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