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La blanca noche llega en el momento perfecto, cuando ambos están tan lejos de todos. Apartados en una pequeña playa que no es propiedad de ninguna nación, ambos juntos después de sonreír como tontos en un matrimonio falso.
Bueno, era un juego de niños claro está; querían jugar y ambos estaban disponibles, así que se dedicaron a jugar con ellos. Los niños habían exigido al final que se casarán, alegando que querían ser los sacerdotes que los bendecirán.
Habían aceptado con sonrisas gigantes, claro, era un juego, pero la pregunta de unir sus vidas hasta la eternidad residía en ellos, más cuando avanzaban cada vez más al final de su viaje. Se pusieron anillos de hojas con una hermosa flor.
Se besaron cuando el niño había dicho que lo hicieran, fue un pequeño momento romántico hasta que llegó la noche, los niños se fueron a sus casas. Aether acompañó a cada uno mientras Lihua se quedaba observando el cielo.
No sabía cuánto se había quedado ahí, observándo la bóveda que los rodeaba y que eventualmente los encerraría hasta que todo se hiciera polvo, pero fue sorprendida por alguien que se sentaba a lado de ella mientras le rodeaba la cintura.
Era Aether, con una sonrisa mientras se acerca más a ella, correspondió su beso. Aether la levanto de los muslos mientras utilizaba la magia del teletransportado portátil.
Había una pequeña isla, un pequeño espacio lejos del mundo que Aether había descubierto. Cuando llegaron, cayeron sobre la arena mientras se reían. Hermosos, relajados, un pequeño espacio en el tiempo.
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