CAPITULO CUATRO

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-alrededor del tiempo algunos incidentes han llegado a ocurrir en este lugar, dado que muchas personas han afirmado escuchar cómo suenan los teléfonos, yo también los he llegado a escuchar, en alguna ocasión sonaron de forma que parecía estaban frente a mí, sin embargo a pesar de que lo tomé no logré encontrar nada, o a nadie del otro lado, pero es la primera vez que escucho uno de ellos decir directamente que ha escuchado uno de estos teléfonos-dijo el señor Gerardo mientras desayunaba con él

-Entonces usted también lo escuchó-pregunté dándole una mordida a un sándwich

-no específicamente no lo escuché yo, por momentos tal vez tú podrías escucharlo, o yo podría escucharlo pero sabes, empiezo a creer que es el mismo, cómo decirlo -tomó una pausa -puede que sea la misma pesadez del lugar quien te haga creer qué escuchas el teléfono.

-Está completamente seguro de que no funcionan, o de qué tal vez no estén por accidente conectados al una línea que ya no funcione y de vez en cuando puedan sonar

-entre las cosas que hacemos en el área psiquiátrica también está el mantenimiento así que, te puedo asegurar que no hay ningún teléfono que esté conectado

Después de esa platica estuve pensando mucho en el suceso que había ocurrido el día anterior, poco después de eso me dirigí de nuevo al área psiquiátrica para continuar con mi turno, el día de hoy no había sido la excepción después de haber tenido que limpiar algo de vomito y demás elocuencias de otro paciente, sin embargo por mi mente no dejaba de pasar la gran curiosidad de qué es lo que tenían y sus teléfonos.

Mire uno fijamente me acerqué a él, y justo cuando estaba dispuesto a ignorarlo el teléfono sonó, el pánico entró en mí ya que sabía que no funcionaban, pero por mi propia cuenta decidí tomar el hecho como que el trabajo me tenía demasiado agotado. Tome el teléfono y en forma de juego, sabiendo claramente que no habría nadie que me responda, acto seguido puse mi teléfono en la oreja y con una sonrisa ingenua dije hola.

-el doctor Esteban, te está buscando -dijo la voz escalofriante

Un fuerte escalofrío recorrió todo mi cuerpo mientras que no sabía qué había pasado ya que los teléfonos deberían de estar desconectados, el pánico de que el contagio de la esencia del lugar podría estar llegando hacia mi me hizo colgar el teléfono de inmediato, apartándome por lo menos 3 pasos de él cuando de repente el doctor Esteban apareció en el pasillo diciendo que me estaba buscando.

-oye Toño necesito tu ayuda 1 segundo por favor sígueme

La escena poco después de haberme aterrado también me hizo pensar que no debía de contar nada de ello, ya que el simple hecho de decir que el teléfono me contestó podría poner en duda mis facultades mentales, y dado el lugar en el que estaba creo que no era el mejor lugar para decirle algo como eso, caminé junto al doctor Esteban de manera que me llevó nuevamente a un pasillo poco vistoso y bastante sucio.

-necesito que esta vez te prepares porque necesito ayuda para controlar a un paciente

Sabía que el comúnmente en este tipo de casos no podía jugar por lo que me preparé tanto mental como físicamente, entramos finalmente a una habitación donde se encontraba un gran hombre junto con un chaleco de fuerza al lado.

-no puede ser -dijo el doctor Esteban

El hombre de inmediato se abalanzó encima de mí tirándome de un solo golpe, mientras que el doctor Esteban también se abalanzó sobre él iniciemos a pelear tratando de contenerlo. En un ágil y rápido movimiento me incorporé nuevamente lanzamos decía él de manera que lo abrace inmovilizándolo el suficiente tiempo para que el doctor lograr a colocarle un sedante.

-ya estás bien -preguntó el doctor Esteban

-sí por supuesto -dije incorporándome apenas el hombre empezó a caer en el efecto del sedante

Todo de manera común y normal de no haber sido por haber notado que entre las paredes estaba en rayones hecho un teléfono como el de cualquier pasillo, encerrado en un círculo y rasgado como si fuera algo malo, un mal presentimiento por mí recorrió en todo ese momento mientras que en el pasillo se escuchaba un teléfono.

-eso es un teléfono-dijo el doctor Esteban

-usted también lo escucha -dije de manera sorprendido

Acto seguido nos asomamos rápidamente por el pasillo notando que el teléfono que está al fondo del mismo estaba sonando de manera bastante impaciente. Caminé lentamente hacia el teléfono tomándolo con mis manos a punto de desprenderlo de su base

-alto -dijo con una voz firme el doctor Esteban -es mejor ignorarlos créeme

Bastante confundido no tuve tiempo de pensar cuando el doctor Esteban entró de nuevo a la habitación, sabía que tenía que ayudarlo así que me dirigí rápidamente de nuevo hacia el, ignorando el teléfono. Prácticamente llevamos al hombre arrastrándolo hasta una habitación especializada para hacer estudios, tú lo ayudé a colocarlo nuevamente en posición para ellos y me retiré sin más.

Podía sentir como el lugar tal vez podría estarme afectando pero dadas mis opciones decidí que tal vez simplemente era el cansancio y seguí como si nada en ese día hubiera pasado, desde entonces todo empezó a cambiar de manera muy drástica. Primeramente recuerdo que esa semana no logré tener más incidentes con ningún otro teléfono o con ningún paciente a excepción de algunos sustos que me pude llevar gracias acercarme demasiado a las puertas, cosas más cosas menos que pasaron en mis primeras semana me llevó por lo menos a tener un descanso en mi tercera semana de trabajo y la segunda en el área general, lugar donde poco a poco pude retomar mi tranquilidad trabajando de manera más tranquila y ordenada, por lo que empecé a notar claramente que el área psiquiátrica no estaba hecha del todo para mí, sin embargo gracias a que no me quedó nada de mis ahorros después de haber estado tanto tiempo sin trabajo, y que no sabría qué podría pasar si abandonaba ahora el empleo seguí motivándome para permanecer en él.

El mejor ejemplo que pude tener en esto, fue que Por Primera Vez en algunas semanas, pudo obtener nuevamente algunas comodidades que tenía antes, y aunque el trabajo era mucho más pesado lo que estaba acostumbrado la semana que pasé la en el área psiquiátrica me resultó mejor recompensada. Me senté en el sillón y decidí ignorar todo lo que estaba pensando de manera que simplemente llegué, me tomé un baño, dormí tranquilamente, para en la mañana siguiente despertar, desayunar algo, y pensar que solo era cuestión de adaptarme.

El dia que el telefono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora