CAPITULO NUEVE

10 8 0
                                    


Después de retomar tantas cosas que habían pasado me atrevo a decir que en estos momentos desde ahí fue donde comenzaron los verdaderos problemas, comencé a tomar el teléfono de manera más continua notando que cada llamada era cada vez más larga, así pasamos de tan siquiera hablar unos segundos a por lo menos 2 minutos.

-Qué es lo que pasa?

-hay un desastre en la habitación de los pacientes de arriba te recomiendo inicies de una vez

El teléfono empezaba a darme instrucciones o consejos sobre algunas cosas que estaban pasando en ese preciso momento, como si el teléfono fuera el adivino de qué es lo que fuera a pasar, lo más peligroso era anotar que también podría saber acerca del futuro

-Daisy está a punto de colapsar, sin embargo ella se comportará hostil contigo

Habían pasado apenas la semana en el área de general, para nuevamente volver y estar a punto de terminar otra semana en el área psiquiátrica

-dime cuál es tu nombre?

-aquel nombre que tenía tal vez lo pude haber olvidado

-y entonces qué es lo que eres? -preguntaba

-soy la sombra de este hospital

Sea lo que sea que fuera a esa cosa que me contestaba al otro lado de los teléfonos decidí llamarla sombra, ella sino bien no logró hacer que el trabajo fuera menos pesado, por lo menos lograba convertir algunas tareas más sencillas, sin embargo la sonrisa se me quitó al final de la semana después de mi última plática el sábado con ella

-debes de tener cuidado, él también se da cuenta de nuestra presencia, él sabe que hablamos, es por eso que ahora que está de nuevo aquí te está observando

-de qué estás hablando? -pregunté esta vez en un tono serio

-aquí el paciente que hirió al doctor Esteban, logró la manera de colarse en este lugar, tal vez tú no te des cuenta pero pasaste el día de hoy junto a él, tienen mucho cuidado

- él está aquí? Dónde está? -dije con voz firme al teléfono que nuevamente volvió a sonar con estática dándome entender que el tiempo se había acabado

Aquel hombre ya estaba nuevamente en ese lugar, yo ahora me encontraba mucho más asustado sabiendo que había pasado junto a él sin siquiera saberlo, no podía notar la diferencia ya que no habían pasado muchas personas junto a mí, podría ser que estaba disfrazado de alguien más, o también podría ser que estaba escondido y no me percaté de él al pasar, había pedido el día domingo libre para volver a buscar empleo y por fin irme del lugar, sin embargo antes de retirarme estaba a punto de irme cuando me topé con el doctor Esteban.

-doctor? -dije emocionado al verlo nuevamente y reincorporado

-Antonio cómo has estado -dijo el doctor Esteban con mucho ánimo

-doctor se ha recuperado por fin? -pregunté emocionado

-por supuesto sabes que soy fuerte como un roble

-doctor no puedo creerlo en realidad está casi como nuevo -dije mientras me acerqué a él para darle la mano

El doctor metió la mano pero de manera muy tranquila a lo que luego dijo -tranquilo amigo aún no estoy recuperado del todo, aún tengo un poco de incomodidad

-bueno pero lo importante es que está aquí con nosotros nuevamente

El momento añadía un lindo reencuentro donde por fin volví a ver al doctor Esteban lo cual me quitaba un peso de encima, sin embargo eso duró tampoco unos segundos cuando dijo algo que me trajo nuevamente a la realidad del lugar

-aún no lo encuentra en verdad?

-no doctor lo único que dijeron los oficiales fue que habría huido

-bueno, esperemos puedan encontrarlo pronto

Por un momento quise decirle al doctor que yo tenía el presentimiento de que estaba aquí, de que el teléfono me hablaba y me había contado que él me había estado observando, sin embargo no tendría razones de cómo explicarlo así que en mi nacía la intriga de qué es lo que podría hacer para evitar que no volviera a atacarlo.

Platicamos un momento más estuvimos en ese pasillo, camino nuevamente hacia la salida y esta vez por fin pude retirarme, llegué a casa, tomé un baño, comí algo, todo como algún día normal, el día siguiente, fin de semana estuve como loco todo el día visitando todos los lugares que había podido buscar para encontrar un nuevo empleo, la situación más difícil te llamaremos después, no tuve nada de suerte nuevamente y menos en tan solo un día, por desgracia no logré encontrar nada llegué rendido a mi casa, donde nuevamente me acosté y no quise pensar más.

Inicio otra vez una semana en el área general, una semana bastante laboriosa pero también bastante aburrida, un lugar donde simplemente sabía que no me hallaba a mí mismo por la cantidad de estrés y de gente que había, la tensión entre los doctores a veces se podía notar gracias a que tenían mucho estrés de trabajo, yo continuaba mis rutinas de manera común y normal, hasta que me quedé pensando, que si el teléfono en algunos momentos había sido tan específico y en otros simplemente podría ser confuso, tal vez podría darme exactamente dónde se esconde aquel paciente, así que por un momento escapé al área psiquiátrica con la excusa de que habría dejado algo ahí, no pasó mucho tiempo apenas entré cuando el teléfono empezó a sonar.

-estás ahí

-Claro no tengo más a dónde ir -se escuchó del otro lado del teléfono

-necesito saber si tú sabes dónde está aquel paciente

-oh cierto el que atacó al doctor Esteban -dijo el teléfono

-exactamente y necesito que me digas dónde está

-dependiendo de la hora, momento y acciones que pasen podría estar en un lugar distinto

-por favor solo una vez háblame claro dónde está -dije bastante ansioso

-por ejemplo ahora está encima de ti -dijo la voz antes de cortarse en mucha estática mientras mi corazón palpitó

De pronto un estruendo bastante fuerte se empezó a escuchar por el techo como si alguien corriera de manera bastante desesperada, comprendí rápidamente que se había subido al ducto de ventilación, que me había estado observando y escuchado toda mi conversación, quise ir tras de él sin embargo el miedo me lo impidió de manera que sólo me quedé estático, pude notar como el ducto de ventilación transcurría por golpes moviéndose rápidamente, pude notar fácilmente que se trataba de él, y estuve viendo como yo hasta que llegó a una caída del mismo ducto y se dejó caer como si nada, un fuerte estruendo se escuchó y no volvió a escuchar más.

El dia que el telefono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora