CAPITULO DIEZ

13 8 0
                                    


Sabía que claramente que ahora más que nunca alguno de todos nosotros podría correr peligro, en específico yo, el hospital psiquiátrico tenía la pequeña cualidad de ser como siempre un edificio con un ambiente bastante pesado, hola pesadez cansancio de más era algo que claramente podías obtener fácilmente, sin embargo apenas el miedo entraba en ti, no había manera de controlarlo. Corría directamente hacia mí misma área, tratando de primero calmarme, mi corazón seguía palpitando, y poco a poco me puse a pensar, lo primero que se me ocurrió fue buscar al señor Gerardo que casualmente no logré encontrar, tenía que apresurarme ya que podría estar en algún otro lugar, podría moverse y tal vez atacar a alguien más, fue precisamente en ese momento cuando encontré a la doctora Sandra.

-Toño pero qué haces aquí? -preguntó bastante confundida la doctora

-doctora regresé porque había olvidado alguna libreta sin embargo, mientras caminaba escuché claramente un ruido por el ducto de ventilación como si alguien estuviera ahí, y en cuanto a lo volteé a ver alguien inició a correr por el mismo hasta llegar a una pared que no se donde conduce

-tranquilo -dijo la doctora al ver mi preocupación -Llévame a ese lugar

Junto a la doctora caminé rápidamente hacia el pasillo donde no había ocurrido dicho suceso, para mi desgracia la expresión de la doctora cambió radicalmente cuando notó hacia dónde iba el ducto.

-sabe hacia dónde conduce doctora? -dije rápidamente

-por supuesto que sí -dijo en un tono recuperación

-es probable que se trate de algún paciente, al igual que pueda ser el que escapó -hice una pausa-debemos darnos prisa, después de todo podría escapar

-por desgracia no tengo como entrar a ese lugar, el ducto de ventilación lleva a un sótano en el cual administramos los medicamentos, los únicos que pueden entrar a esa área son del doctor Esteban, y el doctor Roberto, aunque él pidió apenas vacaciones ayer

-debemos encontrar al doctor Esteban

Afortunadamente no pasó casi nada de tiempo para que encontráramos a los demás doctores del área que casualmente estaban reunidos, después me encargué de encontrar al doctor Esteban y contarle lo sucedido, mi petición fue tomado bastante en serio rápidamente, por lo tanto varias personas entraron rápidamente a revisar toda el área, debido a mi empleo tuve que ser elegido junto al señor Gerardo para poder entrar junto al doctor Esteban ha dicho sótano donde contenían los medicamentos. La puerta se encontraba exactamente en el pasillo de al lado en una puerta bastante escondida, cuenta que el abrir conducía hacia unas escaleras que a su vez también llevaban a otra puerta sin embargo con mayor refuerzo, entramos rápidamente tomando todas las precauciones estábamos completamente atentos a cualquier señal del individuo. Cuando el doctor Esteban por su parte inició a revisar arduamente la cantidad de medicamentos que existían, notando que evidentemente faltaban grandes cantidades de alguno que otro, entre sedantes, medicinas especiales, si alguna qué otra droga que manejaban el mismo lugar.

El señor Gerardo y yo revisamos los ductos de ventilación puntos ciegos y demás, era imposible que el hombre haya entrado ahí y que incluso el ducto de ventilación tenía alguna reja que evitaba pasar a alguien por ahí, o al menos eso se creía hasta que la encontramos rota, más fijada como si alguien simplemente lo hubiera removido. Observado todo esto no se tuvo opción más que llamar nuevamente la policía e iniciar una alerta gracias al hombre, nuevamente tuve que dar declaraciones sin embargo el doctor Esteban hizo una ardua limpieza en lo que sea que haya sido esa bodega ya que inició ocultar bastantes medicamentos no debidos que administraba algunos pacientes.

-no te parece increíble

-a qué te refieres -pregunté al señor Gerardo

-sabía que podrían aplicar alguno que otro sedante extra, sin embargo parece que si han sobrepasado algo con los medicamentos

Cual claramente yo sabía que debido al comportamiento de algunos de ellos era bastante común que los doctores no aplicarán específicamente lo que tendrían que ocupar sobrepasándose con alguna dosis, incluso aplicando algo que no debería, sin embargo eso no me importaba tanto, no tanto como mantenerme en perfecto estado y me lo antes posible.

-Toño no digas nada de las cantidades que vimos -dijo el señor Gerardo en un tono serio -limítate a indicar que los doctores son quienes administran todo

-cuál Por otro lado nos vamos a recordar que ustedes no llevan la cuenta que las veces que tenemos que dar algún medicamento -dijo el doctor Esteban apareciendo rápidamente atrás de nosotros -después de todo ese tipo también robó la lista qué medicamentos administrar

De alguna manera me sentí bastante sucio por el tipo de trabajo que inicia va a cometer, el proceso no fue muy diferente, llegaron y hicieron preguntas se fueron y tras inspección bastante rigurosa no volvieron a encontrar nadie.

Debido a la vigilancia visitaba constantemente la zona psiquiátrica, sin embargo ningún teléfono volvió a sonar.

El dia que el telefono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora