CAPITULO SIETE

10 8 0
                                    


Después del incidente que había ocurrido en esa misma tarde, tuve que responder a algunas preguntas junto a la doctora Sandra después de todo el perder un paciente era una actividad bastante peligrosa, ya que por lo menos ese paciente estaba considerado como peligroso, era perfecto escondiéndose y tendríamos que pasar un reporte también a la policía, después de un pequeño interrogatorio por parte de la policía y de también de los superiores del hospital, no tuvimos otra cosa que hacer más que estar al pendiente de saber si había escapado del hospital o si permanecía en él, por mi parte primeramente fui atendido gracias a que había lastimado mi brazo de manera que por lo menos tuvieron que ponerme algunos puntos, después de una revisión fui mandado a casa mientras le dejé el resto a los demás. Esa misma noche había estado pensando en varias cosas, si acaso el lugar tendría alguna esencia de sí mismo si eso habría sido una señal, o tal vez no, seguía bastante preocupado por el hecho de encontrar algún empleo, pero al mismo tiempo volví a sentir curiosidad del por qué había dicho el teléfono qué es lo que iba a pasar, aún más importante cómo es que lo debía de haber sabido, de todas formas era bastante tarde para pensar en ello le preparé algo de comer y la televisión momentos y me quedé dormido de la manera más profunda que pueden imaginar.

Al día siguiente como de costumbre me preparé para otro día de trabajo pensando en todo el desastre que había ocasionado la pelea de ayer, él como seguiría el doctor Esteban, y el cómo podría afectarme esto.

-hola cómo te encuentras, preguntó algún ayudante al verme llegar

-me encuentro mejor muchas gracias -dije mientras pasaba dejé algunas de mis cosas y me dispuse nuevamente a hacer el aseo y vigilancia del área psiquiatra

Inicia a limpiar cuando de repente una voz escuchó atrás de mí- cómo te encuentras? -dijo el doctor Santiago cuando lo volteé a ver

-estoy en perfectas condiciones solo que me duele un poco el brazo -respondí con un tono amable

-una herida de esas comúnmente te va a terminar doliendo por lo menos 1 semana, vaya que fue un gran accidente el de ayer -dijo con un tono de preocupación

-por cierto doctor usted casi no lo veo por aquí -dije viendo su tono de preocupación

-sí es cierto en realidad he venido a buscarte

-buscarme a mí? -pregunta al instante

-sí -tomó un respiro -la verdad es que, venía a avisarte cómo estaba el doctor Esteban, me dijeron que te habías preocupado algo por él

-le pasó algo se encuentra bien- dije muy rápidamente apenas mencionó esto

-el doctor Esteban está bien, sin embargo mencionó que llegaste a la habitación sin que alguien más te avisará del incidente, y ya sabías que el paciente tenía algún objeto, si no te importaría como lo supiste?

-la verdad es de que no lo sé recuerdo claramente en alguna ocasión haber visto a ese paciente, y por momentos se me ocurrió que pudo haber estado escondiendo algo

La mentira era evidente no le iba a decir que me lo había dicho algún teléfono que había tomado, sin embargo no podía simplemente decir que fue mi instinto, por lo que empecé a hablar sobre aquel paciente, era real que en algunas ocasiones ya me había topado con él, pensando y demostrando señales muy raras por su aspecto sospechoso, para mí muy buena suerte el doctor Santiago creyó esto que empecé a decir.

-bueno, fue una muy buena suerte que te hayas dado cuenta de no haber sido así pudo haber sucedido una tragedia, continúa de esta forma

El doctor salió de mi vista caminando tranquilamente entre los pasillos los cual es eran un tanto opacos, tomé algunas cosas y empecé a limpiar, observaba las puertas revisando que todo estuviera en su lugar, incómodo de costumbre no faltó que me pidieran hacer rondas verificando que todos los pacientes estuvieran en su lugar, ya que después de todo había obtenido tareas extras después de haber obtenido algo más de confianza, y fue ahí cuando nuevamente sonó un teléfono. Mi instinto, mi corazón palpitaba pero sabía nuevamente que podría tratarse de algo importante, por lo que no lo pensé 2 veces y esta vez tomé el teléfono con un mayor tranquilidad.

-hola -dije una vez que tuve el teléfono en mi oreja

-lo hiciste bastante bien, sin embargo nunca te confíes él sigue aquí -dijo una voz bastante gruesa, antes de que empecé a escuchar su interferencia nuevamente

Por lo que había escuchado en la mañana habían encontrado alguna ventana rota del sótano por lo que habían deducido que el paciente había escapado, aunque a mí no me habían dicho nada sabía que el teléfono podría estar en lo correcto, sin embargo en esta ocasión no tendría ninguna excusa para decir que pude incluirlo, por lo que solo me quedaba seguí mi rutina de manera normal y esperar ah no toparme con él.

Terminó el día dejé todo en su lugar, y bastante incómodo pensando por el hecho de que tal vez me podría haber estado observando aquel paciente estaba dispuesto a salir, como de costumbre tomé un autobús en mi casa, me dejé llevar porque el cansancio, comía algo de manera apresurada tomé un baño y sin antes de darme cuenta ya estaba dormido. Soñaba nuevamente con aquella escena entre los pasillos del hospital, podía escuchar cómo los teléfonos seguían sonando sin parar, pero esta vez no encontraba ninguno, el viento soplaba de manera bastante fuerte, y mi corazón lejos de estar palpitando de manera apresurada, parecía como si no funcionara, hasta que de un solo sorbo el aire volvió a entrar a mis pulmones notando que ya era tarde.

Mi día no podía iniciar de una peor manera de no haber sido por una pesadilla, sin embargo debía de continuar mi trabajo por lo que me levanté nuevamente y volví al hospital, después de ahí empecé otra vez a caminar por los pasillos cuando de repente, un doctor llegó corriendo a mí, tienes algún segundo necesito que me ayudes a entrar a la habitación de Daisy.

El dia que el telefono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora