CAPITULO OCHO

10 8 0
                                    


Hablemos un poco de Daisy, es una paciente bastante problemática que tiende a gritar en circunstancias, bastante peculiares, comúnmente tiene hacer escándalos cada que está a punto de ocurrir algo, y sí me respira específicamente cada que va a llegar a algún enfermo de gravedad o cada que pasa un deterioro que pueda ser considerable en el hospital, cada que un paciente está a punto de cometer algo, Daisy Empieza a gritar, comúnmente tiende a tener ataques de pánico hiriéndose a sí misma de manera constante, de esta forma es muy difícil no tenerla que observar de manera constante, comúnmente es una de las pacientes más visitadas por todos los doctores y por todos nosotros, ya que requiere bastante cuidado, comúnmente cada que la veía mantiene una forma estática como si estuviera pensando en algo, sin embargo el día que escapó ese paciente atacando al doctor Esteban había gritado toda la noche, ese día tenía una forma un tanto más peculiar, entre mi rutina el día había comenzado teniendo que observar que todo estuviera en orden en su habitación, llego algún doctor que me había comentado que tal vez necesitaría ayuda por su comportamiento extraño, sin embargo una vez que llegué esa expresión calmada que siempre tenía fue borrada esta vez, apenas más o menos a su habitación ella volteó directamente a verme, sea lo que sea ella nunca se comportaba así.

-qué dices que estaba haciendo? -pregunté al doctor que me había hablado

-el día de hoy en vez de estar tranquila como siempre la encontré de manera muy activa señalando fijamente los teléfonos, por eso decidí que lo mejor sería venir a echar un vistazo

Entramos a su habitación de manera cuidadosa mientras que no le quitábamos el ojo de encima, o mejor dicho ella no me quitó la vista de encima mi, para mi caso, se me quedó mirando fijamente cosa que realmente nunca pasaba con nadie.

-parece que no deja de mirarte

-la verdad es que eso no me agrada demasiado

El doctor revisó su pulsos, sus signos vitales, se apresuró a hacer algunas cosas más y salimos de la habitación, de la misma forma regresé a mi trabajo de manera muy cotidiana sin poder dejar de pensar, por qué en estos momentos no dejaba de verme, acaso era algún tipo de señal, esto tendría tal vez alguna relación con el hecho de que haya escuchado alguien más en los teléfonos, sea como sea no tuve demasiado tiempo de pensar en ello cuando había terminado de limpiar por lo menos los pasillos quien debía, me encontraba haciendo una inspección de rutina nuevamente, cuando sentí que un teléfono empezó a sonar de repente, últimos tanto asustado sin embargo ninguno de estos estaba sonando, más que confundido sentía que el estrés provocado por la misma situación empezaba a caer encima de mí, por lo que decidí ignorarlo y continuar mi rutina.

De antemano sabía que debía de tener cuidado ya que el paciente de aquella ocasión había quedado libre, con él el doctor Esteban había quedado algo lastimado y aún se encontraba bajo observación de sus mismos compañeros, no había tenido la oportunidad de irlo a visitar, a pesar de que trabaja en el mismo lugar donde es atendido, de una u otra forma entendí que lo mejor sería ir a verlo lo antes posible, sin embargo esta vez un teléfono sonó en frente mío, por lo que tuve que tomarlo.

-Deysi no te quitará el ojo de encima -dijo la voz del otro lado del teléfono

-quién eres? -pregunté con el corazón latiendo cada segundo más rápido

-soy como una sombra, el tiempo aún es muy corto -dijo el teléfono finalmente mientras que la estática volvió a apoderarse de el

Empezaba a querer pensar que todo esto era un simple producto de mi imaginación y que en realidad esto no estaba pasando como tal, sin embargo era demasiado evidente que el salvar al doctor Esteban y a la doctora Sandra no fue una coincidencia.

Terminé otro día en ese trabajo yendo a visitar al doctor Esteban, los vi de manera más animada, algo lastimado, sin embargo me dijeron que pronto estaría como nuevo, el doctor se sentía agradecido hacia mí por haber llegado en ese momento ya que él pensaba no sabría qué hubiera sido de ellos 2 si yo no hubiera llegado a avisarles. Por último llegué a mi casa me senté nuevamente, cene algo, y me tomé un baño, listo y preparado para dormir esperando obtener otro trabajo para salirme de ese hospital pero no fue hasta ese momento que el teléfono sonó, -debes volver -replicaba una y otra vez el teléfono mientras que mi habitación poco a poco se caía a pedazos y se convertía en el hospital, -debes escucharnos -continuaba diciendo la voz cuando de un solo salto volví a reincorporarme notando que me había quedado dormido sin siquiera arroparme bien, una espeluznante pesadilla, sin embargo era lo suficientemente poderosa como para hacerme sentir miedo.

Sí queda el hospital con una actitud bastante baja, la idea de no encontrar algún otro trabajo, y quedarme en el hospital para terminar volviéndome loco, era una idea que no me convencía del todo, estaba a punto de terminar la semana por fin yéndome del área psiquiátrica, veo una muy buena vez por fin podría irme, descansando en el área general. De pronto un teléfono sonó otra vez, no quería contestarlo pero lo tomé.

-por qué tardas en contestar -dijo la voz del otro lado del teléfono

-que es lo que eres? -pregunte al teléfono de inmediato

-cada segundo que tardas en tomar el teléfono también cuenta

-de qué estás hablando? -dije muy intrigado

-sólo tenemos unos segundos, pero tranquilo cada llamada serán más-dijo la voz cortándose nuevamente

Mi teléfono estaba hablando conmigo, y yo no sabía cómo tan siquiera podría hacer esto posible, de pronto la doctora Sandra entró en el mismo pasillo, viéndome cómo sostenía el teléfono.

-hola doctora -dije colocando rápidamente el teléfono en su lugar

-qué estás haciendo? -preguntó bastante confundida

-oh, estaba fuera de su base así que sólo jugaba con él -dije pensando que fue lo primero que se me ocurrió

-necesito algo de ayuda en la sala de estudios del cuarto piso la linterna se fundió así que, quisiera saber si podrías cambiarla -dijo pensando

-por supuesto iré de inmediato

El dia que el telefono suenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora