Capítulo 10.

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—Louis… —Se escuchaba detrás de la puerta.

—¡Ahora voy!

Louis miró con una cara de tristeza a Harry puesto que su novia había llegado a arruinar el momento. Tomó su camisa, su ropa interior, los pantalones y se vistió lo más rápido que pudo.

—Lo siento, Harry.

—No hay problema.

Harry se bajó de la cama e hizo lo mismo que su amigo, buscó su ropa, se vistió y salió de la habitación.

Louis estuvo frente de la puerta y se acomodó el cabello, al cabo de unos segundos, la abrió, dejando pasar a su novia.

—¡Louis! —Se le tiró encima Eleanor y lo abrazó.

—Heeeeey. —Louis se escuchaba algo desanimado.

¿Y cómo no?

—Te había extrañado.

—Yo también.

Primera mentira. Hubo una pausa.

—¡Pero que tonta soy!

Hasta que te das cuenta. Pensó Harry, que estaba en la cocina buscando algo de comer.

—¿Por qué dices eso?  —Preguntó Louis.

—Yo encima de ti y tú aguantándome —Eleanor se hizo a un lado y ayudo a Louis a levantarse—. Lo siento.

—No hay problema. Todo está bien.

—¡Hola Harry! —Eleanor sonría de oreja a oreja—. Si no haces ruido, ni cuenta me hubiera dado de que estabas aquí. ¿Cómo estás?

Suponiendo que no dejaste terminar a Louis y a mí lo que habíamos comenzado hace rato, ¡pésimo! Te odio.

—Estoy bien, gracias. —Harry sintió tanto coraje que apretó con demasiada fuerza el galón de agua de naranja.

Hubo otra pausa.

—¿Y qué nadie va a preguntar por mí? —Bromeó Louis.

Harry se concentró y el coraje que tenía hacía Eleanor disminuyó un poco. Río con lo que Louis había dicho.

Eleanor también sonrió.

—¿Cómo estás tú, amor? —Preguntó Eleanor.

Ya empezó a ladrar la perra.

—Pues yo los dejo a solas, chicos. Iré a mi habitación.

—¡Hasta luego, Harry!

Harry le sonrió de mala gana a Eleanor y se alejó de allí. Segundos después, la puerta de su habitación pagó el coraje que Harry tenía.

—¿Se encuentra bien Harry?

—¡Sí! Es que hoy está en sus días.

—¿En sus días?

—Ya sabes… ¿La menstruación?

—Ah. —Eleanor reaccionó luego de un rato.

—¡MEJOR CIERRA LA BOCA LOUIS! —Gritó Harry.

Eleanor y Louis comenzaron a reírse.

Claro que Harry escuchaba absolutamente todo lo que Louis y su patética noviecita decían. No le causaba gracia ni nada por el estilo. Harry sonreía las pocas veces que Louis hablaba de él, hasta podía jurar sentir lo aburrida que estaba Eleanor cada vez que Louis le platicaba sobre él.

—¿No te aburres de platicar sobre Harry?

—¿Por qué?

 —Es de lo único que hablas.

Por cierta parte, Harry deseaba no escuchar, lo que ambos chicos estaban hablando, pero las paredes de la casa de Louis no eran tan gruesas como para encubrir una conversación. Ya no quiero escuchar. No quiero escuchar la tonta voz de la chica tonta esa. Se puso de pie y se dirigió hacía la ventana. El cielo se estaba oscureciendo, y era por dos razones: primera, porque ya estaba anocheciendo, y segunda: ya estaba a punto de llover. Ya había frío, y Harry lo sintió criminal, puesto que desde hacía un rato había dejado de sentir frío y podía estar caliente junto al cuerpo de Louis.

Bostezó.

El sueño ya le estaba llegando, y Louis aun seguía platicando con Eleanor. ¿No tiene planes de irse esa chica? Harry vio su cama tan acogedora y se acostó en ella sin pensarlo dos veces. Se acomodó debajo de las sábanas y recargó su cabeza en una almohada. En cuestión de pocos segundos, Harry cerró por completo sus ojos y se durmió.

—Yo quiero una vida junto a ti.

—Yo ya la estoy viviendo contigo —respondió Louis.

—¿Por qué? ¿Por qué pasó tan rápido?

—Solamente se dio. ¿Acaso no estás feliz por eso?

—Soy inmensamente feliz contigo, a tu lado. Solos tú y yo —Harry no mentía, decía más que la verdad.

—Te amo —Louis tomó la mano de Harry.

—Y yo también.

Se acercaron un poco para poder sentir los cálidos labios del otro. Estando tan cerca…

—¡Louis! —Eleanor saltaba de alegría del otro lado de la calle.

—Bebé, ¡hola!

Louis se alejó de Harry y se fue al lado de su molestosa novia. La tomó de la cintura, le sonrió y la besó.

—¿Qué demonios es esto?

El sueño poco a poco se convirtió en una pesadilla.

 

Harry despertó muy tranquilo, sintió un peso en su estómago, cuando miró bien, era el brazo de Louis. Se frotó los ojos un par de veces para ver si no estaba soñando aún. Para nada. El mismísimo Louis estaba durmiendo a un lado de él.

Al verlo, Harry sintió una profunda calma muy dentro de él y sonrió. Se bajó de la cama sin despertar a Louis, miró la ventana y aun seguía nublado, y las calles estaban mojadas debido a la lluvia de noche. No había sol y aun hacía frío. Así debía ser un día típico de Halloween. 

Ilumíname - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora