Ilumíname - Larry Stylinson

Capítulo 19.

—¿Cómo demonios has despertado sin hacer ruido, Harry?

Hacía dos días que le habían dado el alta a Styles, y éste no puso objeción alguna cuando Louis le dijo que se fuera con él a su apartamento.

—Una voz chillona me despertó.

Louis se sonrojó un poco.

—Eso no responde a mi pregunta.

—Solo sucedió. Abrí los ojos, y delante de mí había tres chicos abrazando a un chico en particular con cara de imbécil.

—Vale, vale. Ya comprendí.

Harry se rio.

Louis tomó la cara de Harry entre sus manos y la acarició por un rato. Lo miró directo a los ojos y unas lágrimas cayeron por su mejilla.

—¿Louis?

—¿Sí?

—He salido del hospital, pero aún me duele el rostro.

—Cierto, perdón —dijo Louis en lo que quitaba sus manos de Harry.

Hubo un minuto de silencio.

—¿Qué has hecho en todo este tiempo que estuve en el hospital? —Preguntó Harry al fin. Ésa era una pregunta que le venía rondando la mente desde hacía rato.

—Eres un idiota, Harry. ¿Que si qué he hecho? ¿En serio?

—¿Idiota yo? ¡JÁ! Sí, cómo no.

—La he pasado muy mal. Pésimo. He llorado, gritado, maldecido, deseándole lo peor a Eleanor.

Eleanor. Hacía semanas que Harry no pensaba en ella… Y con razón, si estuvo en el hospital en coma por culpa de ella y de Louis.

—Te lo merecías.

—¿Cuántas veces tengo que pedirte disculpas por eso?

—No son las cantidades de veces que me lo pidas. Lo que no entiendo, es porque le has dicho todas esas cosas horribles sobre mí a ella. ¿No se suponía que nos queríamos y que estabas dejando de sentir cosas hacia ella?

—Solo actué. Nunca pensé.

—Es lo que mayormente haces, Louis. Me has lastimado, yo ya no te tengo la misma confianza que antes.

—¿Qué?

Los ojos de Louis comenzaron a ponerse cristalinos.

—Me he abierto contigo. Te he contado mis cosas. Te he querido, y hasta podría jurar que te había comenzado a amar… Pero entonces apareció Eleanor, y les has dicho todas esas cosas.

—¿Me habías comenzado a amar? —Louis bajó la cabeza—. No hace falta preguntarte qué te hizo cambiar de opinión.

—Louis —Harry suspiró—, no quiero hacerte sentir mal.

—Lo estás haciendo.

—No he perdido por completo mi confianza hacía ti. Solo te digo que me es un poco más difícil reaccionar bien ante todo después de… Bueno, ya sabes.

—Lo entiendo —Louis levantó la cabeza y se fue acercando lentamente hacia Harry.

—Louis, si yo no te quisiera —continuó— jamás hubiera aceptado regresar contigo. Hay cosas que tú y yo no terminamos… Ni siquiera habíamos hecho oficial lo nuestro, si es que de verdad lo hubo.

—Lo hubo. Lo hay —recalcó Louis.

—Te quiero, y bastante.

—Yo te amo, Harry.

Aquéllas tres palabras no evitaron que Harry sintiera cosas en el estómago. Honestamente, Louis era el único que lograba esos efectos en él… Y entonces recordó los buenos momentos, que fueron casi la mayoría. Todo había sido bueno, por no decir perfecto.

Le vinieron náuseas a Harry, pero náuseas de las buenas. No pudo evitar sonreír, y Louis se dio cuenta.

—¿Crees en lo nuestro? —Preguntó Louis.

—Lo repito: no estuviera aquí si no.

Louis se acercó un poco más a él hasta el punto en que sus narices se rozaron. Lo tomó de la cintura y lo besó con ternura.

El sabor de sus labios. El calor de su boca. La humedad de su lengua.

Harry no sabía con exactitud lo mucho que extrañaba tenerlo cerca, lo mucho que extrañaba sus labios.

Entonces se dejó llevar.

—Eres el chico más lindo que he conocido, Louis. —Dijo Harry después de unos segundos.

Louis lo miró a los ojos y sonrió. Lo abrazó sin fuerza, puesto que Harry de seguro que seguía adolorido por todo.

—¿De verdad? —Dijo Louis con las mejillas enrojecidas.

—No lo voy a repetir de nuevo.

Pero Harry asintió de todos modos. Una sonrisa se le dibujó en el rostro.

—No hace falta que vuelvas a decir algo.

 Louis se acercó de nuevo a su rostro y sus labios se volvieron a unir en un beso húmedo, caliente, pero sobre todo, lindo y lleno de amor.