El sol apenas se asomaba en el horizonte cuando el despertador de Wriothesley sonó en lo que se supone sería su primer día de descanso. La sorpresa lo invadió al revisar su celular y darse cuenta de que su nuevo superior había decidido programar una reunión extracurricular muy importante en pleno fin de semana. Siendo sincero, no estaba molesto, pero sí sorprendido por el aparente exceso de compromiso y seriedad que el director ponía en su trabajo, no dudando ni un segundo en hacer que todos los demás siguieran su ideal de perfección.
Wriothesley no tardó demasiado en estar listo, después de todo no tiene que cargar con algún tipo de papeleo o algo por el estilo, el mensaje era claro, su presencia era necesaria para discutir su visión sobre la educación que va a dedicarse a impartir durante el siguiente año.
Decidió vestir una camisa formal negra y una corbata bien atada de color rojo, aunque la ocasión era un tanto inusual, estaba intentando dejar las cosas en paz con su superior. Si bien su primera semana se sintió como un abrir y cerrar de ojos de lo amena que estuvo, Wriothesley no es tonto, sabe que el director Neuvillette parace tener ojos en las paredes y que ha estado observando cada uno de sus movimientos. Por lo tanto, el que lo haya convocado a un intercambio de palabras, realmente no le deja muy en claro si está o no haciendo un buen trabajo. Como sea, esta decidido a darlo todo por esta nueva oportunidad.Una vez listo, Wriothesley optó por prepararse una taza de té de vainilla y sentarse un momento en la meza de la cocina a esperar que una pequeña niña baje las escaleras lista para que ambos hagan su camino.
—¿Papá, estás seguro de que llegarás a tiempo para mi fiesta de té con Maime?— preguntó Sigwinne cruzando la puerta de la cocina con una expresión de preocupación, pues su padre le había prometido que irían a tomar té el fin de semana a casa su amiga, cosa que tuvo que cambiar a ultima hora y ahora tiene a una menor parada frente a el, con los brazos cruzados y con un puchero en los labios.
—Se dice buenos días papá, jovencita —reprochó el hombre, intentando no sonar demasiado duro puesto que aún está entrenado sus tonos cuando se trata de hablar con aquella pequeña.
—Buenos días papi ¿estas seguro de que llegarás a tiempo para nuestra fiesta de té? ¡Lo prometiste toda la semana!
El hombre decido no responder, simplemente le dedico una sonrisa a la niña seguida de un beso en la frente antes de tomarla de la mano y salir juntos de la casa. Antes de dirigirse a su dichosa junta en la universidad, Wriothesley su primera parada fue en casa de Maime, la mejor amiga de Sigwinne. La pequeña había estado emocionada por la idea de organizar una inocente fiesta de té junto a su amiga y decidieron hacer de Wriothesley el invitado de honor ya que saben el no tan oculto gusto del adulto por aquella bebida, y también quisieron darle una celebración a que consiguió su trabajo soñado. Por lo tanto, era de suma importancia no decepcionarlas.
—Adiós papá ¡asegurate de decirles a tus compañeros que aún tienes que estar temprano para estar conmigo! Seguramnete así te dejarán salir mas temprano—gritó la pequeña mientras de un salto bajaba del auto, corría hasta la puerta directamente a abrazar a su amiga, ninguna de las dos recordó la precensia de su ya proclamado invitado de honor, en su lugar se tomaron de la mano y entraton a la casa sin más. Sobra decir que Wriothesley no supo si reir o sentirse ofendido por el olvido de su pequeña.
Aun así, tras dejar a Sigwinne no hubo nada que lo detuviera de hacer su deber ahora, por lo tanto en seguida continuó su camino hacia la universidad; cosa que no le tomó mas de minutos llegar a su destino, lo cual, para su desgracia, no le dio el suficiente tiempo para pensar en cuales deberían ser sus palabras ante las diversas posibilidades apunto de ocurrir. Cosas como ser despedido pasan fugazmente por sus pensamientos, aunque si bien está seguro de su desempeño durante la primer semana, hay ocasiones en las que una persona puede tener esa mala suerte.
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Cambiando las Reglas ;; Wriolette AU
Hayran KurguNeuvillette, el director de la prestigiosa Universidad de Luminares, era conocido por su carácter serio e inquebrantable. Su vida estaba dedicada a la academia y al estricto cumplimiento de las reglas. Sin embargo, su mundo daría un giro inesperado...