Prólogo: Reencarnación

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¿Dónde... estoy... ?

Una suave voz masculina apareció en medio de un espacio oscuro.

El chico, o entidad, trató de averiguar en dónde se encontraba, sin embargo, parecía carecer de ojos, ya que no sentía sus globos oculares, lo que lo mantenía en la oscuridad.

Trató de moverse, solamente para notar que no sentía sus brazos o piernas, no podía sentir ninguna parte de su cuerpo.

M-Mi cuerpo... ¿Acaso estoy... Muerto?

A pesar de la conclusión a la que había llegado, el chico no se alteró, cosa que lo sorprendió un poco, porque pensando un poco en ello, normalmente habría entrado en pánico, pero ahora no, estaba calmado, tanto que le parecía espeluznante.

Si estoy muerto... ¿Entonces dónde estoy?

Trató de buscar algo que le diera una pista de su ubicación, pero nuevamente solo encontró oscuridad.

No creo que el Cielo se viera así, ¿Estoy en el Infierno? ¿Porqué estoy en el Infierno? ¿Fue por burlarme de ese chico en silla de ruedas? ¡No es mi culpa! ¡Se cayó de manera muy chistosa! ¡No puedes culparme por una reacción totalmente natural, además, lo ayudé a volver a su silla!

De repente, el espacio oscuro pareció vibrar, era como si el mundo se moviera.

¿Dios... ?

Abruptamente, el chico pudo sentir su cuerpo, se sentía pesado y diferente a su forma usual, pero no solamente eso, sino que podía sentir unas manos gigantescas agarrándolo.

¡O-Oye! ¡Espera! ¡Lamento decir que lo que hice no estuvo mal! ¡Lo lamento, ¿Okey?! ¡Solamente no me hagas daño!

A pesar de las quejas mentales del chico, las manos lo envolvieron totalmente y lo levantaron cuidadosamente, justo entonces, el chico sintió como unos brazos lo acunaban protectoramente.

¿Qué está pasando?

El chico, sabiendo que ahora tenía un cuerpo, se esforzó por sentir sus ojos, y luchó por abrir sus párpados.

Al hacerlo, se arrepintió instantáneamente, pues la luz pareció golpear sus ojos con fiereza y lo hizo sentir un doloroso escozor.

¿Por qué está pasando esto?

Nuevamente, abrió los ojos, está vez poco a poco, permitiendo a sus globos oculares acostumbrarse a la luz.

Pasaron unos largos minutos, pero cuando sus ojos volvieron a adecuarse a la luz, el chico pudo ver dónde se encontraba, pero eso solamente lo dejó en shock.

En serio... ¡Alguien dígame qué mierda está pasando!

Estaba en lo que parecía ser una habitación de hospital, pero esta no tenía ningún aparato eléctrico, sino que había un pequeño candelabro en el techo, varios estantes con viales llenos de líquidos de distintos colores.

Y el estaba en brazos de una mujer, no podía verla claramente, pero si podía saber que sus ojos eran brillantes orbes de color verde esmeralda.

"Bienvenido al mundo, mi pequeño Harry."

¿¡Qué cara... !?

Soy Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora