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Fang caminaba hacia su casa, cansado y aún frustrado por no haber podido conseguir el mugroso libro.
   
Esperaba la señal de tránsito cuando su teléfono sonó.

    

—Hola—saludo sin más—.

   
Hola amor, ¿Como a estado tú día?—preguntó la femenina voz—.

     
—Bastante bien, gracias—respondío sin darle importancia al asunto—.

   
—¿Seguro? Te oyes algo mal.

     
—Estoy bien, de verdad—suspiro—. ¿Tú como has estado?

Estoy bien igual, estoy con Bonnie haciendo su tarea ¿Tú?

—Voy para mi casa.

—Genial, me llamas cuando llegues, tengo que irme. ¡Bonnie deja ese cuchillo!—escucho a lo lejos antes de colgar el teléfono—.

  

   

    

    

  

    

    

    

    

    

  
Un rato más tarde, hiba llegando a casa cuando escucho una voz llamarlo a lo lejos.

  
—¡Fang!—exclamó él pequeño mientras corría hacia el—.

—Hey Gus, ¿Como estuvo tú día?—preguntó buscando con la mirada—. ¿Y mamá?

—Esta trabajando. ¡Y mi día a ido bien!

—Me alegra saber eso.....—dijo algo decepcionado—.
 


—¿Hoy no va a venir Janet?

—¿Eh?

—¿No va a venir?

—Ah, no creo que pueda venir....

—¿Por qué?

—Esta cuidando a Bonnie.

—Que mal.....me gusta cuando viene por qué puedo jugar con ella, me cae bien.

—¿Si?—se dirigió a la cocina—.

—¡Si! En especial cuando trae a Bonnie.

—Ya veo, yo pensé que era por qué siempre te trae dulces—bromeó—.

—También por eso, pero prefiero jugar con ella. ¿Si te vas a casar con ella, verdad?

—¿Que?—la pregunta del niño le había sorprendido tanto como le había dado risa—. Gus, somos muy jóvenes para eso.

—¿Pero si te vas a casar con ella?

—Ay Gus......—murmuro—.¿Ya hiciste tú tarea?

—Extraño que venga a la casa ¿Ya no va a volver?

Bromance | Fang x Buster Donde viven las historias. Descúbrelo ahora