Bromance | Fang x Buster

9•

Finalmente Buster había logrado dar con el teléfono de la madre del chico. Solamente hacia falta encontrar un lugar donde poder hacer la llamada sin que Fang se diera cuenta, Gus de nuevo estaba en la cocina comiendo galletas, aunque realmente no le molestaba mucho.

 
—Buster —le llamo.

—¿Que pasa? —Respondió,  Buscando en su teléfono.

—¿Por qué Janet quería el teléfono de mamá? —La pregunta le tomo desprevenido, bueno, solo un poco. Dejo su teléfono en la mesa para poder inventarse una excusa coherente.

—No lo sé —Genial, que creativo.

—Es que ahora mismo ella está trabajando, solo la llamamos cuando es una emergencia —explicó—. No quiero que la molesté.

—Ah......¿Entonces no está disponible?

—No, es mejor que no la llame.

—¿A qué hora llega?

—No lo sé, a veces llega al día siguiente.

—¿De verdad? ¿Y que pasa entonces con Fang?

—Se queda después de clases para cuidarme, es complicado de explicar. También trabaja en las noches, así que hay veces en las que me quedo solo.

—¿No se supone que eres muy joven para quedarte solo en la casa?

—Supongo, pero prefiero no mencionarlo frente a mi mamá, ella no sabe que se va a trabajar en las noches.

—¿Y de que trabaja?

—No se lo puedo decir a nadie, ya bastante te estoy platicando. Me van a regañar.

  
Buster estaba algo, sorprendido. Gus sonaba como un adulto hablando así, no como un niño, y eso le preocupaba.

Iba a decir algo, pero escucho un estruendo en la sala que lo hizo salir corriendo de inmediato.

 
En cuanto llegó se dió cuenta de que habían tirado un florero de la mesa del centro junto con otras cosas que no tenían gran importancia.

  
—¿Que paso?

—Ah, Chester se cayó y tiró todo eso.

—¿Chester?

—Es mi amigo, el pelirrojo —Por un momento no supo a quien se refería, hasta que recordó que el chico lo había estado mirando toda la noche.

—Díos....... —Suspiro. Levantando las cosas—. Creo que ya es hora de que se vayan a casa.

—¿¡Que!? —Exclamó Brock con cierta molestia.

—Lo que dije, mañana es lunes y no quiero quejas.

—Suenas como un anciano, uno muy malhumorado. ¿Quien te invito?

—Fui yo, pero creo que no fue una buena idea —Inevitablemente esas palabras hirieron de alguna forma al pelinaranja, el cuál frunció el ceño con fastidio.

—¿Saben que? Hagan lo que quieran, yo me largo —espeto tomando su chamarra.

  
Miro por última vez a los demás, sentía que tenía que hacer algo más antes de irse, pero no sabía que.

Probablemente solo era una cosa sin importancia, así que sin más salió de la casa. Como ya era de noche seguramente no iba a encontrar taxis a esa hora, probablemente tendría que llamar a uno el mismo.
Busco entre sus bolsillos hasta que, el alma se le cayó a los pies cuando no sintió el aparato por ningún lado.

¡Lo había olvidado! ¡Era eso! ¿Ahora como llamaría a su casa? Estaba más que frito por olvidar su teléfono y llegar tarde, en definitiva no estaba siendo su día.

Podría tocar la puerta pero seguramente nadie le abrirá.

  
¡Buster!

 
Volteó a ver, era la atractiva silueta de una mujer, pero la voz de un niño.

—Se te olvidó tú teléfono.

—Gus me dijo que lo dejaste, pero no quería que saliera solo —Menciono. Al parecer la chica estaba más cuerda que todos los demás, o era muy razonable.

—Ah, muchas gracias, a los dos.

—No hay de que. Y tú ya entras a la casa antes de que pesques un resfriado —le ordenó al niño.

—Si, si, ya voy.

 
Buster le miro extrañado, podría jurar que estaba coqueteando con el chico moreno de hace un rato. Pero a pesar de eso, le parecía una buena persona.

O al menos amable.

También la había visto tomar mucho ¿Cómo es que seguía tan cuerda?

  
—Lamento que todos hayan sido tan groseros contigo, es que el alcohol hace a la gente decir incoherencias —dijo en tono burlón.

—Creo que si, de igual forma solo vine por qué me invitaron, como dijo Fang.

—También lamento que haya dicho eso, a veces es algo idiota. Pareces buena persona, pero admito que si pareciste algo amargo —bromeo.

—¿Tú crees?

—Más o menos, pero es bueno saber que eres responsable, y que ayudaste a Gus, normalmente yo soy la que suele hacerlo en este tipo de reuniones.

—¿Eres novia de Fang, cierto?

—Si ¿Por qué la pregunta?

—Curiosidad. ¿Cómo es que no te has embriagado como los demás?

—No es como que sea alguien débil con el alcohol, eso deberías dejárselo a mis amigos.

—Ya veo.

—¿Y tú?

—Yo no suelo tomar, al menos no mucho.

—¿De verdad? Pensé que sí.

—Si......—Dijo divagante.

—Oye, ¿Quieres saber algo?

—Dime.

—A Chester le gustas, me sorprende que no te lo haya dicho estando tan borracho.

—¿El pelirrojo?

—Te estuvo mirando toda la tarde, me sorprende que no lo hayas notado. Te puedo pasar sus redes y puede que te agrade —Insinuó.

—No lo sé.....

—¿No te gustan los hombres?

—¿Que? No, no es eso. Pero......a mí no me interesa tener novio o novia en este momento. Es algo complicado ¿Sabes?

—Ah, bueno, pero creo que también pueden ser amigos —insistió.

—Esta bien, pero que sea rápido porque tengo que llegar a mi casa.

—Entiendo, es.......

   
Buscaba tranquilamente intentando encontrar la cuenta que le estaba indicando Janet. Una voz masculina le llamo la atención a ambos.

 
—¿Que están haciendo ustedes dos?

—Ah, Janet me estaba pasando las redes de.....

—¿Suyas?

—¿Que? Claro que no.

—¿Estás coqueteando con ella? ¿Te gusta o que?