Capitulo 10: Disculpas

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No quería ir a la escuela y mucho menos levantarme de la cama, no lloré pero sentía un nudo en la garganta. Por suerte Jaiden me había animado a levantarme aunque no le dije nada de lo que había sucedido pero si me había preguntado por el golpe en mi labio.
Levanté mi poco ánimo y me bañé, tarde más de lo normal en cambiarme porque no quitaba de mi mente aquel suceso, quería saber bien que había pasado ese no era Spreen...

—Tengo que irme Roier. —Me dijo Jaiden mientras se ponía los zapatos.

—Hasta luego, suerte en las clase de hoy. —Tome el cepillo y peine mi pelo.

Cuando terminé de arreglarme fuí al aula. En el salón solo estaba Philza y Slime. Creo que había entrado temprano o algo así. De pronto observé que todos entraban al aula.

—Chicos, les tengo una información. Hoy no hay clases, los Cucuruchos tiene una especie de junta. Espero los despidan. —Dijo Maximus.

Todos se quejaron, nadie se le había ocurrido decir esa información un día antes, podría seguir en mi cama durmiendo.

—Sobre la tarea de parejas de Biología se entrega en dirección.

Mier...coles, la tarea que Spreen me había robado, no sabía que hacer si Missa sé enterará de que reprobamos Biología.
Por mala suerte se acercó a mi, de seguro para preguntarme de la tarea.

—Roier, ¿Quieres que lleve la tarea yo?

Lo miré nervioso y le dí un pequeño golpe en el hombro— ¿Tu qué crees? —Sonreí— Me robaron la tarea.

Missa empezó a reír, sirvió hacerme el gracioso— ¿Enserio? No te creo.

Me puse serio— Hablo en serio...

Missa me seguía mirando con una cara de burla, odio no ser serio— Ya deja tus bromas Roier, vamos a reprobar Biología si no entregamos esa tarea.

—Hablo en serio, ¡nos robaron missa!

—Roier,  porfavor.

Lo miré con una cara tristona, el se puso serio, no se notó preocupado pero sabía que era verdad.

—¿Quién hizo esto? ¿Quién fue el que se llevó nuestro trabajo?

—Spreen...

Missa cambio al instante su cara, ahora estaba confundido— No te creo.

—Spreen fue el que me golpeó el labio.

—Pensé que alguien te había besado. —Suspiró— Solo dime la verdad.

—Ya te lo dije, Spreen estuvo muy raro ayer. Me siguió y me amenazó con que le entregara a la tarea, me golpeó dos veces.

—No te creo nada, Spreen no haría eso.

Había recordado que Spreen y Missa eran muy buenos amigos.

—Pues lo hizo, entiende.

Missa me miró con molestia— No te creo nada, el es mi amigo jamás se atrevería hacerlo. Solo es un pretexto tuyo. —Me dió la espalda y se fue molesto.

No podía creer que no me creía aunque tiene razón, Spreen no le haría eso a su mejor amigo pero lo malo de todo es que Missa era mi amigo también...

Entre a mi habitación cerrando la puerta con fuerza, decidí llorar, era la mejor manera, liberar todo.
De repente tocaron la puerta varias veces que me preocupaba, seque mis lágrimas aunque no me preocupaba que me vieran llorar; podía tener cualquier escusa.

Abrí la puerta y asome solo mi cabeza— Hola. —Dije con extrañes, no reconocía a esa persona.

—Soy Rubius. —Sonrió dulcemente, era apuesto y tenía una aura de paz que hasta me sentí bien— No suelo hablar con los alumnos sin autorización, solo si necesitan de mi ayuda.

Sonreí, quizá me quitó la duda de porque no lo veía por la escuela— ¿Qué necesita?

—¿No quieres me ayuda Roier?

Me espante por un instante ya que se me hacía raro que supiera mi nombre pero había recordado que era popular por ser la morra chida— No quiero ayuda yo estoy bien.

—¿Sabías que se puede saber que tienes con tan solo ver los ojos? —Volvió a sonreir, parecía un ángel— Soy un ángel. —¿Acaso me leía la mente?

—Mire señor... Digo Rubius, no sé quién es la verdad, me da miedo decirle mis problemas..

—No hace falta que me digas tus problemas si Spreen ya me los dijo. Solo vine a verte, por si estabas bien.

Se me hacía muy raro este tipo que decidí hacerle caso— Bien ayudame, pero necesito saber ¿Por qué Spreen hablo de mis "problemas"?

Spreen se acercó— Porque yo fui culpable.

Mi corazón empezó a latir rápido, ahora no era de amor era de miedo.

—Quiza tu ayuda sea que se disculpen. —Sonrió Rubius.

—¿Podemos entrar para poderte explicar? —Dijo Spreen preocupado, su mirada era distinta a la de ayer.

Yo lo dude por un momento pero no me gustaba ser rencoroso— Está bien, entren.

Rubius cerró la puerta y se nos quedó mirando— Spreen dile que paso.

Él suspiró— Ayer... Conocí a alguien, a un Rubius. —Miró al nombrado, no se a que se refería con "a un"— El me... Hizo ganar la apuesta. —Trago saliva.

Mis ojos brillaron en ese momento— ¡LO SABIA! —Tosí— Prosigue..

—El Rubius al que se refiere es un demonio, el cumple cosas a cambio de algo a comparación de mi. —Sonrió nuevamente.

—Exacto, yo le pedí que me diera unos tacos y el me pidió tu trabajo de Biología. Dude solo un microsegundo. La verdad, sabes que soy re obsesionado con ganarte y obvio dije que sí. Pero... No supe las consecuencias que iban a haber. —Bajo la mirada y se quitó los lentes.

—El Rubius malo puede controlar a alguien cuando se hace un trato, es por eso que Spreen actuó de otra manera. —Rubius dijo.

Baje la mirada y miré a Spreen— Eres un tramposo.

—¿Me perdonas o no?

Cerré los ojos— Yo diría que no para que te agarre rencor y todo eso pero por el poder del guión te diré que sí.

—El poder del guión fue asombroso que me puso a mi en medio de su pelea. —Rubius abrió la puerta— Yo solo vine para intentar hacer canon el Spiderbear. —Salió.

—¿Spiderbear? —Dijo Spreen.

—Sí, no rompamos la cuarta pared. —Suspiré— Necesito que le digas esto a Missa... Por favor.

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