El amor era, para ella, una pequeña caja de Pandora que, al abrirla, desencadenaría muchas situaciones que no quería vivir. Por eso, ella dejaba en el rincón más alejado de su cerebro todo lo relacionado al amor.
Karla parpadeó varias veces en un intento de hacer que su cerebro analizara lo que estaba ocurriendo. Comenzó a mover sus ojos hacia muchas direcciones para evitar sentirse intimidada por esa mirada tan O'Hara que su amiga tenía. La mirada que podía hacer que un estúpido televisor cambiara de canal. O que un automóvil se encendiera y se condujera solo.
Entonces, vio el papel en el escritorio de Katharina. Bueno, no un papel, más bien, una tarjeta de invitación al evento anual del colegio de abogados.
Y Karla lo comprendió.
—No puedo hacerlo, Kathy.
La respuesta sorprendió a la mujer. Ella no esperaba que su mejor amiga se negara, y parecía como si le hubieran dado una bofetada.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no, Karla? —preguntó Katharina—. Esto lo hacemos cada vez que vamos de viaje y quieren cortejarme.
—Porque nadie se dejará engañar en la gala —dijo Karla, soltando una risita—. Mira, seguro que estamos bien fingiendo delante de extraños, lo hacemos muy creíble y disfruto ser cariñosa y protectora contigo, pero nadie va a creer que de repente nos hemos enamorado la una de la otra... al menos, no los amigos de nuestros padres.
Katharina bufó, en desacuerdo.
—Seremos totalmente creíbles, hasta nos... ya sabes... nos daremos la mano y nos ... vamos a besar. En la mejilla, no quiero tu baba en mi boca.
Karla se pellizcó el puente de la nariz con frustración. Su amiga había enloquecido.
—Kathy O'Hara, en serio ¿imaginas que algún miembro de tu familia se crea que estamos saliendo?
Katharina se mordió el labio inferior, intentando imaginar la situación y sí, Karla tenía un punto. Ni Karen, su prima más despistada, podría creerse que de repente se enamoró de su mejor amiga y que eran novias.
—Bien, Karla, pero esta es la parte en la que se te ocurre un plan genial para que yo no tenga que ir sola a esta gala y todos empiecen a torturarme ofreciéndome familiares o algo así, como si estuvieran haciéndome un favor.
Eso es lo que pasaba en todas las fiestas y reuniones sociales a las que asistía.
Y a esas alturas, solo quería detener el desfile de miradas comprensivas y comentarios condescendientes cuando le preguntaran por su situación sentimental y ella respondiera que estaba soltera, solterita. Sola, solita.
Katharina solo quería eludir esa extraña variación de tristeza y optimismo, combinada a la de pura incredulidad.
Y claro, ella tenía que evadir a toda costa los consejos no solicitados y los intentos vergonzosos de tenderle una trampa con algún pariente lejano de alguien.
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ENTRE LA PASIÓN©
Romance◂SINOPSIS▸ (+18) Katharina tiene todo de una auténtica O'Hara: Mirada penetrante, sonrisa provocativa, personalidad avasallante. Pero se diferencia en que huye de las relaciones, tanto sentimentales como de placer. En un viaje, obligada a ir por su...