||Capítulo 06||

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Ella debía frenar lo que sentía y debía hacerlo de inmediato. O todo se iría al infierno.

Su mente iba volando a través de ese beso

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Su mente iba volando a través de ese beso. Cuerpo a cuerpo en los brazos de la otra, con la mente en una nebulosa.

Erika se inclinó, curvando sus dedos en la base del cuello de Katharina y cuando sus labios se abrieron para profundizar el beso, Katharina dejó escapar un suspiro. Los labios de la doctora eran suaves contra los de ella y Katharina podía saborear el dulce lápiz labial que cubría sus propios labios. La lengua de Erika se asomó entre los labios y se encontró con la de ella cuando la abogada cayó en cuenta de cuánto extrañaba que la besaran.

No, no que la besaran. Que Erika la besara.

Su aliento se quedó atrapado en su garganta nuevamente con los ojos cerrados mientras Erika rompió el beso para respirar, sin alejarse de ella. Toda la concentración de Katharina se centró en inclinarse para saborear los labios carnosos una vez más. Sus manos, que habían permanecido inertes a sus costados, se aventuraron a recorrer el cuerpo de Erika, palpando como la bata médica abrazaba tan bien ese cuerpo.

¿Se puede sentir celos de una prenda de vestir? Katharina podría haber jurado sentir envidia de esa bata.

Erika abrió más la boca y profundizó el beso a medida que los propios toques de Katharina parecieron más audaces, con sus manos dentro de la bata. Erika la acercó más, agarrando los rizos castaños claros mientras comenzó a sentir un suave cosquilleo en su cuerpo. Deseo. Pasión

Sin poder controlarse y olvidando dónde estaban, Erika mordió el labio inferior de Katharina, lo suficientemente fuerte como para provocar un gemido.

Y de repente, hubo un ruido de pasos acelerando cerca de la puerta.

Katharina se alejó de Erika como si la hubiera quemado y la doctora tuvo que contener una risa que amenazaba por salirse cuando vio a Katharina intentar volver al modo profesional.

—Doctora Carpio, al fin la encuentro —dijo Jason, entrando al lugar y deteniéndose con una sonrisa dulce al ver a su novia falsa allí —. Kathy... ¿Qué haces aquí? ¿Me buscabas?

Erika notó la sonrisa y el tono de voz sumamente dulce de su colega. Al mirar hacia Katharina, la abogada todavía tenía las mejillas sonrosadas de una manera tierna. Sin embargo, su postura era de todo un soberano; seriedad y firmeza.

—Jason, hola —saludó Katharina—. En realidad, había traído unos papeles que necesito que mi madre firme. Ella no estaba en la oficina, por lo que vine aquí a buscarla ¿Y tú?

Una pregunta tonta, por supuesto. Katharina no estaba pensando con claridad. Jason soltó una risita y Erika levantó una ceja.

—Bueno, esta es una sala de descanso de cirujanos... y yo soy cirujano oncólogo, Kathy —dijo Jason—. Y estoy buscando a la doctora Carpio para una consulta.

ENTRE LA PASIÓN©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora