Oficina policial de Gangnam
-Se encontró el cadáver colgado en las vigas de la oficina principal de la empresa- Habló un subalterno.
-¡Ese malnacido!- Grito el Jefe.- ¿Encontraron algo más?- Preguntó.
-Choi dejo una carta, Señor- Dijo el chico bajando la mirada.
El Jefe paso sus manos por el cabello en señal de ansiedad. Kwang Chin-mae no era una persona paciente y tampoco justa, pero trabajaba en la policía haciéndole justicia a su propio nombre, "Chin- Mae" su madre lo había escogido porque significaba "verdad" ¿Qué podría saber aquella mujer, que su hijo iba a ser todo menos honesto?
¿Cómo había llegado Chin-mae al puesto de jefe en la policía de Seúl en primer lugar?
La respuesta era bastante simple, Chin-mae venía de una gran línea sucesoria de policías, hombres que habían llevado honor a su familia siendo honestos y justos, todo lo contrario al último Kwang de la sucesión. Su estatus llegaba a cierto nivel por el apellido de su padre, mucha gente lo respetaba simplemente por haber salido de su testículo y era algo que le molestaba: "las expectativas". Y es que la presión nunca abandonó sus hombros.
Todo había empezado un día, en el que sus amigos del colegio le presentaron a un chico, un chico que les conseguía marihuana para fumar en los descansos. Le habían obligado a jurar que no le diría a su padre y esto también le hizo una reputación en los bajos mundos.
"El hijo del policía es un adicto" "El malnacido no le tiene lealtad a su padre" "hay que tener cuidado con el"
Y así fue como conoció al jefe de los Yakuzas, pues el chico que les proporcionaba la marihuana había hablado bien de él, y su jefe lo quería ver en persona.
-Me han hablado mucho de ti, muchacho- Dijo el hombre sentado frente a una mesa de vidrio.
- Espero que cosas buenas, señor.- Reverencio al hombre.
- Por supuesto - Le señaló la silla frente a él - Siéntate por favor.
El chico hizo caso y espero a que aquel hombre empezará a hablar.
-¿No tienes preguntas?- Interrogó el líder.
-Tengo muchas, pero es de mala educación hablar sin permiso, señor- Dijo.
-El jefe Kwang te ha educado bien- Río - haz las preguntas ahora que estoy de humor.- El chico lo meditó durante un minuto, temiendo decir algo que estuviera fuera de lugar.
-¿Por qué está en Corea?- Preguntó.
-Estamos en todos lados, ya sea viajando o con aliados- respondió sin más.
-¿Qué necesita de mi, señor?- Preguntó, porque sabía que llevar al hijo de un oficial de policía al lugar donde hacían sus tratos era jodidamente peligroso y no era solo porque podrían matarlo, era peligroso que él supiera donde se estaban quedando.
-Me gusta lo directo que eres- Sonrió - bueno, ya que estamos... Se que estudiaras para ser un oficial al igual que tu padre- se levantó de la silla revisando una gaveta - Y como sabrás, a veces compramos oficiales para que nuestro trabajo no sea tan difícil. Sin embargo, cuando los compramos, se corre mucho riesgo, ya que los infelices nos venden si hay un mejor postor. Por lo que decidí criar a mis policías - Lo miró con una carpeta en sus manos.- El barrio es nuestro, pero solo llegan a ser "los nuevos" o simples subalternos y necesitamos a alguien de renombre y ¿Sabes algo? Tu apellido es bastante sonado en estos lugares, así que quiero que trabajes conmigo- Dijo eligiendo sus palabras sabiamente - Necesito que seas el Jefe y cubras mi espalda.

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Una Bala al Corazón
FanfictionJaekyung es parte de una organización criminal junto a Dooshik y Seungho. Luego de trabajar durante tantos años, se ven de manos atadas cuando la empresa que le proporcionaba la mejor mercancía empieza a ser investigada por evasión de impuestos, así...