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Seúl

Jaekyung miró a Dan con ironía, no podía creer que ese chico tuviera las agallas de pedir aquello.

¿La policía?

Nadie sería tan imbécil para pedirle eso a su captor.

-¿En serio me ves cara de imbécil?- Preguntó.

-Tu hiciste una promesa- Elevó los hombros con desinterés - No estoy pidiendo más de lo que prometimos.

Jaekyung apretó la mandíbula con enojo, pero luego le haría pagar por lo que estaba a punto de hacer.

-Bien, te llevaré - Dijo sin más sorprendiendo a Dan.

- Espera, ¿Es un truco?- Preguntó ahora asustado, pues era demasiado raro que Jaekyung aceptará sin más, tan fácil.

-¿Por qué lo sería? Tienes razón, es un trato justo.

Jaekyung encendió la moto de nuevo y aceleró hacia la estación. Claro que tenía un plan, pero Dan no tenía porque saberlo, además, no era algo que debería sorprender al contrario, era un rehén después de todo.

Estacionó la moto un poco más lejos de la entrada a la comisaría, y le quitó el casco a Dan.

-Bien, allí está - Señalo el lugar- haz lo que viniste a hacer y vuelve aquí - Dijo bajándose de la moto luego de Dan.

Dan tembloroso se preguntaba la posibilidad de que eso estuviera pasando.

¿Podía ser todo tan fácil? ¿Podría salvarse? No estaba seguro, pero allí tenía una oportunidad que no iba a desperdiciar.

Caminó hacia el lugar con la ropa que Jaekyung le había conseguido y una mascarilla para tapar su identidad. Paso la puerta y un grupo de oficiales se le quedaron viendo haciendo que sus manos sudaran.

-Buenas tardes, ¿necesita ayuda?- Preguntó la que parecía ser la secretaria.

Dan meditó en las posibilidades de salir ileso de todo aquello, meditó la posibilidad de huir y no volver a ver nunca a Jaekyung, y se sintió un poco mal por sus amigos, porque quizás aquella vez en el sótano, sería la última vez que los vería también, ya que no volvería a arriesgarse a ser encontrado y su ayuda para sus amigos era justo esa, arriesgar su vida justo ahora para una libertad rápida.

-S-si, vengo a hacer una denuncia.

-S-si, vengo a hacer una denuncia

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Guryong, Seúl

-¿Estas lleno?- Preguntó Seungho al chico.

-Si, amo- Respondió evitando la mirada del contrario.

-Mírame cuando te hablo - Dijo levantando su barbilla, manteniendo su mano allí.

-Lo siento- Susurró mirándolo.

Una Bala al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora