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Mingwa

Todo se estaba yendo a la mierda.

Un dolor agudo atravesaba mi hombro, justo como la bala que se había introducido en mi carne minutos antes durante la invasión.  No había tenido tiempo de alertar a nadie, Seungho se enteraría de su ascensión cuando todo acabará si no lograba comunicarme con él.

Las decisiones están llenas de matices, pude dejarlo a él aquí e irme a Italia, a unas hermosas vacaciones, porque nadie creería que alguien trabajaba realmente allí, donde nuestra mayor preocupación era un jodido anciano bebedor de vino.

Pero yo había vivido suficiente.

Sabía que Andrea Leone puede ser peligroso, pero nosotros nunca tuvimos malas intenciones con él. Éramos viejos amigos, veía a los chicos como sus hijos y la mafia Italiana respeta a la familia.

El clan no quedaría en malas manos.

No sabía quién nos estaba aniquilando como si de un juego se tratase, como si las vidas pudieran reiniciarse al culminar la partida. Pero eran letales.

Todos vestidos de negro, con armas de última generación, la mitad de la mansión estaba en llamas y en la otra mitad se desencadena una guerra de vida o muerte.

¿Dónde está Josh?

Había saltado sobre el hombre que me disparó para ayudarme a huir, aún así ya era momento de que hubiera vuelto.

El hombre en el que más confiaba en el mundo estaba afuera, susceptible a cualquier ataque, solo para que yo pudiera estar escondida.

Me levanté de donde estaba, por alguna razón a nadie se le había ocurrido buscar en la oficina, así que tomé la decisión de avisar a Seungho para que se preparará, porque estaba segura de que no sobreviviría a esta mierda.

-Mingwa- Contestó.

-Seungho- solté un suspiro tembloroso- Vinieron por nosotros, no sé quiénes son pero...- Jadee por el dolor- están armados hasta los dientes, no necesito decirte dónde está todo, ya tu lo sabes. Quédate allá, envía a alguien de tu confianza a supervisar el lugar, aunque quizás debas luchar contra ellos para recuperar todo...

Una explosión movió el suelo y mis rodillas impactaron en el suelo- Seungho, no hay posibilidad de salir de esta, estás a cargo.

-Mingwa, no digas tonterías - Dijo, su voz sonaba tranquila, pero lo conocí lo suficiente para saber que le afectaba. Le afectaba saber que mi muerte era inminente y no podía hacer nada para cambiarlo.

-Ya escuchaste...

Un estruendo hizo volar la puerta y uno de los tipos camino hacia mi lentamente con el cabello de Josh entre sus dedos, lo estaba arrastrando. Muerto.

-Mingwa- Habló Seungho de nuevo.

El hombre se agachó levemente para levantar el rostro de Josh hacia mí, para que viera en las condiciones que lo dejo. No era más que piel rota y carne cercenada. Una risa llenó la habitación y la desesperación y el agobio empezaban a llenarme. Josh estaba muerto. Aguante las lágrimas que amenazaban con caer.

-Mingwa- Insistió Seungho.

-Vaya- Habló el hombre- Escondida como una rata mientras tus hombres dan la vida por ti- Levantó la cara de Josh de nuevo.- Creí que en la mafia había igualdad de género - Río - Veo que eres otra princesita que necesita ser protegida... Es patético.

- ¿Quién eres?- Hablé por primera vez, quizás si me lo decía, Seungho tendría algo en que enfocarse.

-Vamos Mingwa, piensa bien- Respondió.

Una Bala al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora