En varias islas alrededor de Dressrosa y Punk Hazard, se esparció un rumor sobre una persona capaz de hacer milagros relacionados al ámbito de la salud. El rumor decía que esta persona podía arreglarte el brazo si estaba roto o inservible, si no podías caminar arreglará tus piernas, si tenías un problema de personalidad podía desaparecerlo, sí sufrías de una enfermedad incurable te aliviará, sí odiabas una parte de tu cuerpo podría ayudarte a removerlo, incluso podía cambiar tu cuerpo completamente, detener el paso de los años y darte la vida eterna, todo esto por un precio justo por el trabajo realizado. Esa persona no es un santo, es más una especie de demonio que a cambio de algo te ayudará sin importar el problema. Se dice que para encontrarlo debes tener mucha suerte, no otorga sus dones a cualquiera que le pide ayuda y haz de rogarle con toda tu alma y desesperación para lograr que acceda a tu petición. Algunas personas han regresado después de buscarlo y otras no lo hicieron, las que volvieron consiguieron hacer sus deseos realidad para sí mismos y sus familiares, mientras otras simplemente quedaron en silencio, talvez no podían pagar el precio o lo único valioso que tenían era su propia vida y por ello nunca más regresaban.
Law había escuchado muchas veces aquellos rumores cuando trabajaba en un lugar por mucho tiempo, por ello en cuanto las historias comenzaban a rondar la superficie llamaba directamente a Dofflamingo con la intención de cambiar su ubicación, de lo contario realizar su labor se convertiría en algo imposible debido al irrefutable hecho que las personas harían lo impensable por obtener la salud que por hábitos, mala suerte o destino, les había sido arrebatada. Lidiar con aquellas solicitudes, ruegos, suplicas y exigencias le daba dolor de cabeza, era mejor irse y dejar todo en simples rumores sin fundamento, después de todo sus dones solo eran para aquellos que podían brindar un beneficio económico, político y armamentístico a Dofflamingo. En algunas ocasiones los planetas se alineaban, el destino ejercía su poder sobre él o simplemente amanecía con ganas de hacer alguna buena acción y se compadecía de algún alma en desgracia a la que "bendecía" con su ayuda. Disfrutaba ser capaz de ganarse la vida con sus conocimientos como medico sin utilizar sus habilidades, encontraba placentero apoyar a las personas con recomendaciones simples, auxiliándolos con medicamentos naturales y acceso a medicina general de bajo costo. También le resultaba atractivo los casos que ponían a prueba sus conocimientos, sus habilidades y su capacidad creativa para reconstruir órganos o partes del cuerpo dañadas.
Así como tenia sus cosas buenas, ejercer como medico tenia sus cosas malas. Constantemente se culpaba por sus fracasos ante la enfermedad o lesiones irreparables que terminarían arrancándole la vida a su paciente, también le hacía sentir mal su rudeza al decirles diagnósticos mortales, pero simplemente no existían palabras adecuadas para decir las malas noticias. Existían personas que aceptaban sus palabras, otros se escudaban en su incapacidad de acceder a un mejor medico con sus escasos recursos, como sí esa fuera la causa por la cual su familiar o ellos mismos no pudieran salvarse de algo tan natural y común como la muerte, pero los que más le molestaban eran los pacientes que insinuaban que era incompetente por ser incapaz de ayudarlos, en muchas ocasiones había frenado su lengua con la intención de decirles que sí él no podía realizar esa operación nadie podría, afortunadamente su capacidad de reprimir sus emociones se mantuvo en aquellos momentos, manteniendo su identidad en el anonimato. Por último, estaban los casos desgarradoramente tristes que no podía sacar de su cabeza.
-¡Salva a mi hermana! ¡por favor! -le había rogado un niño de 8 años que llevaba el cuerpo de su hermana destrozado en brazos. Había recorrido todo el pueblo buscando al hombre de las historias. Encontrarlo era su última esperanza para mantenerla viva. Era lo único que podía hacer. Nadie se había apiadado de ellos para ayudarlos, ni siquiera en los hospitales fueron admitidos por no tener dinero para pagar por ser atendidos. Ante la frialdad del mundo, el niño se vio obligado a deambular por toda la isla buscando una tonta fantasía, lloró e imploró al cielo que alguien pudiera salvar a su hermana, cuando estuvo a punto de perder toda esperanza se topó con un pirata que lo miro fríamente, el niño tomó el pantalón de Law manchándolo de sangre mientras sus ojos llenos de lagrimas clamaban ayuda con desesperación.
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Mi Historia Junto A Ti
RomanceEs una historia (BL- boys love) entre Trafalgar Law y Monkey D. Luffy a lo largo de diferentes viajes y aventuras, lleno de peleas, desacuerdos, confesiones, sentimientos difíciles de compartir y aceptar, despedidas y reencuentros. ***Tomé partes de...