Capítulo 14: [Mi favorito me ignora]

385 62 8
                                    

Capítulo 14: [Mi favorito me ignora]

Frey estaba cansada, el viaje de alrededor de un mes fue agotador. Los niños lobo eran inquietos, Hilsman miraba tras su hombro con frecuencia, presa del pánico de lo inesperado. Lock era determinado, pero con paso tembloroso.

Admiraba a ese muchachito.

Por lo que no estaba muy contenta cuando Cale después de estafar a Litana la reina de la jungla y llevarse a casi todos, la dejara varada en la Aldea Hoik, con los niños lobo y el muy malhumorado Beacrox.

Para la felicidad de Choi Han, que les envío a ambos una sonrisa de suficiencia.

Beacrox conocía su "otro lado" no tan inocente y puro, no quería que Cale se percatara de la animosidad entre el chef y él.

Y no confiaba en Frey, quien era una aparecida, con muchos secretos y para rematar una empleada del sospechoso Príncipe Alberu.

Pero sobre todo no podía evitar sentirse incómodo, con los pelos en punta y el estómago revuelto cuando la tenía cerca o se acordaba de ella.

En la mente de Choi Han, era mejor mantenerla lejos de Cale.

Estaba muy feliz cuando Cale la dejo a cargo de los entierros de los muertos dentro del bosque, y a Beacrox como niñera de todos.

Por otro lado, los susodichos, Beacrox y Frey tenían un rostro retorcido de disgusto, cómicamente idénticos.

Beacrox quería acompañar al joven maestro, justo como su padre le había encargado, sentía una gran frustración que expresaba en la tabla de picar con su afilado cuchillo.

Frey por otro lado, tenía el corazón hecho picadillo. Quería tanto intercambiar un par de frases con la bella, indomable Reina de la jungla, Litana. Y por supuesto, ver al increíble Cale haciendo de las suyas.

—Frey, si la cebolla es demasiado, puedes irte.

Frey miro con el rostro empapado de lágrimas al ceñudo Beacrox.

—No son las cebollas, señor Beacrox. —le dijo con un puchero lloroso.

Bueno, si eran las cebollas, pero ellas solo sacaban el dolor de ser dejada atrás por su favorito.

—Solo vete de mí cocina.

Dijo el chef mirado como las lágrimas de la chica caían sobre los trozos de cebollas destrozados. Tenía un desastre, sin contar lo poco higiénico del fluido salado en sus cebollas.

Obediente, Frey se levantó de la silla sin despegar sus ojos del peligroso cuchillo de Beacrox.

—Señor, me llama si necesita más ayuda en la cocina. — lloro lejos del lugar.

Solo quería ayudar.

Lo último que escucho fue el resoplido molesto del hombre mayor.

Beacrox la trataba como a una más de los niños lobo. En el tiempo que estuvo en el grupo de Cale, siempre le indicaba cuando su cabello salvaje estaba por todos lados, cuando tenía los botones desabrochados y las botas sin atar.

Para el horror del pobre Beacrox la muchachita siempre concentrada en cuidar de los más jóvenes o trabajar en sus miles de documentos. Terminaba embarrada de polvo, barro y restos de comida por todos lados.

Una niña a los ojos del pulcro Beacrox.

Por lo que la prefería muy lejos de su santa cocina.

Frey fue en busca de los niños lobo que comían como pequeños salvajes la cena, con la mano apoyada en la barbilla observo a los viajeros comer en la posada.

Todos estaban alborotados con las acciones de Cale al salir ileso del bosque.

No había dragón que cumpliera deseos.

Fue triste por las personas que perdieron a sus seres queridos.

—No te creo — dijo un encapuchado de rojo a uno de los aldeanos. —Existe.

Frey no pudo evitar escuchar, si estás aburrida nada mejor que escuchar conversaciones ajenas.

—Te lo digo chico, el dragón del bosque no existe.

—Claro que existe. —Gruño el de rojo. —No es un dragón como tal, es el hijo de un dragón y un humano, un mestizo.

Frey quedó con la cuchara a medio camino de su boca.

Por otro lado, el anciano se carcajeo.

—Hasta un viejo ignorante como yo sabe que eso es imposible. Joven, deja de leer cuentos.

— Crees en que un dragón sería tan gentil como para cumplir deseos, ¿pero no en un medio dragón? El ingenuo eres tú.

El tipo de la capa roja desapareció por la puerta de salida con un fuerte portazo.

Cómo quien no quiere la cosa, Frey se escabullo al viejo con el que el hombre de rojo hablaba.

— ¿Quién era ese tan raro?

Dijo tratando de parecer poco interesada.

El viejo se cruzó de brazos.

— Un desquiciado de una secta.

Si, parecía uno de esos. Pensó Frey.

—Esa gente cree que los dragones son una calamidad y un peligro para la raza humana. Se auto denominan "Los enviados de Eris"

El anciano se acercó a la temblorosa Frey.

—Algunos dicen que unos pocos miembros tienen más de trescientos años, porque comen dragones. Que locura ¿No crees, señorita?

Le dijo de buen humor el hombre.

El apetito de Frey se esfumó.



...

Dejaré esto por aquí y desapareceré lentamente.

.

.

.

Como que mi bloqueo se esta llendo al fin. Hurra, hurra. 

Personas lindas, entre otras cosas, he estado pensando en el futuro de la historia y se del camino que la Frey recorrerá, tengo en mi cabeza loca unas escenas con Cale y todo, pero no se como hacer que se vayan enamorando, es que ese hombre es difícil, se hace el dificil, y Frey es bien boba para sus cosas también. Jejeje, solo diré que Frey cae primero, pero nuestro Cale es el que se da cuenta de sus propios sentimientos primero. Frey confunde su fanatismo con amor. Bueno, basta de spoilers. La cosa, mi gente bella denme ideas, para ver que hago en un futuro próximo. 

Les quiero un monton. 

You are not trash [Cale Henituse] Trash of the count's familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora