You are not trash [Cale Henituse] Trash of the count's family

Capítulo 22: [Vacaciones]

Capítulo 22: [Vacaciones]

Cuando Cale invitó a Frey a la Aldea Bloke para pasar las vacaciones, no esperaba encontrarse con elfos ni descubrir más sobre la organización secreta. Quería el poder antiguo, no lidiar con ningún otro imprevisto. 

Esa chica ya sabía demasiado, como sus tratos con el príncipe, la existencia de un dragón y los niños de la tribu gato, sus asuntos con la tribu ballena entre otras cosas. Ese cabo suelto lo inquietaba.

El invitarla fue una táctica muy pensada. 

Había querido distraer a Choi Han, aprovechando la presencia de la muchacha. No quería tener que lidiar con la melancolía constante del personaje principal. La tristeza de Choi Han ya le daba dolores de cabeza.

Por eso, cuando se vio en vuelto en toda esa molesta e innecesaria situación. Lo primero que le vino a la cabez fue dejarla atrás. Esas situaciones peligrosas parecían ensañarse especialmente con la joven.

Todavía le molestaba recordar a Frey ensangrentada. Qué persona más molesta y problemática. Si estaba en peligro, debería haber corrido en la dirección contraria, no haber hecho un movimiento suicida y altruista por gente que ni siquiera conocía.

Cale odiaba a ese tipo de personas.

Eran las primeras en morir. 

Aigoo. ¿Cuantas veces suspiro desde que ella llego?

Especialmente frente a la absurda escena que se desarrollaba ante él: una Frey diferente de lo habitual lo saludaba en la posada.

—¡Joven maestro Cale! —saludó Frey, agitando el brazo en el aire con emoción. Llevaba ropa simple, pero visiblemente costosa. Incluso las diminutas joyas que usaba parecían caras.

Le va bien, supuso Cale.

Incluso traía consigo a dos caballeros y una doncella. Uno de ellos, el que vestía de azul y llevaba un halcón plateado en la capa, fue señalado por Raon como alguien igual a los de la aldea subterránea.

Un elfo oscuro. Interesante. 

El otro era un enviado del príncipe Alberu. Un joven fornido de cabello negro y ojos rojos. Raon le dijo que era un tipo fuerte.

Lo que sea, pensó Cale. Menos problemas, si la chica tenía quien la cuidara.

—Joven dama —saludó Cale sin mucha emoción. Frey era sinónimo de problemas en su mente desde hace mucho. 

Los hermanos gatitos corrieron hacia ella, restregándose contra su falda rosa. Raon, invisible, se posaba sobre su cabeza, agitando la cola.

Frey quería hablar y admirar a Cale todo lo que pudiera. Sus ojos se llenaron de un brillo soñador. Hasta que, por supuesto, una sombra alta se materializó a su lado.

Era Choi Han, que sonreía inocentemente con ojos cálidos.

—Frey-nim, bienvenida —la saludó con amabilidad.

El rostro de Frey palideció y se quedó inmóvil, conteniendo la respiración. 

Con un interés retorcido, Cale observó los saludos rígidos entre ambos, y cómo Frey, de un salto, subió las escaleras de la posada como si el diablo la persiguiera, con su doncella siguiéndole los pasos de cerca.

Cale la dejó en la posada. Pensó que no necesitaba meterse en problemas con los elfos. Además, no era tonto. Cale sabía que Frey no era humana, y que se enfermaba continuamente en presencia de una sustancia en particular.