Capítulo 17: [Sirenas]

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Capítulo 17: [Sirenas]

Frey fue llamada por Cale al día siguiente para prepararse para la incursión a las Islas Hains. La verdad era que Cale no quería llevarla con el grupo; ella pertenecía a una oficina, no al campo de batalla. ¿Qué haría si moría?

El príncipe heredero se le echaría encima.

No quería conflictos innecesarios.

Sin embargo, allí estaba la muchacha enclenque, en medio de los niños, con sus grandes ojos azules de cierva desprevenida, tratando de ayudar a armar carpas en la Isla Hains 1 y fracasando en el intento.

De todas formas, Cale tenía un motivo para ir en persona por el cuerpo de la sirena que necesitaba para Ron. No tenía pensado luchar en serio, solo lanzaría un gran golpe y huiría.

La chica estaría bien.

Pero Choi Han no pensaba lo mismo. Comprendía la presencia de los niños, todos eran fuertes. La recién llegada, en cambio, era un estorbo e increíblemente molesta. No entendía cómo podía caerle tan mal alguien a quien conocía tan poco. Choi Han no era ese tipo de persona; desconfiado, sí, pero odiar sin razón, no.

Decidió que se enfocaría en acabar con el mago que vio el rostro de Ron. Lo demás era una distracción.

(...)

Frey estaba bastante satisfecha con su papel. Cuidaría de los niños, ayudaría en las curaciones de los lastimados, además de ser la representante de la facción de las sirenas, que pensaban rebelarse contra las demás.

No podía dejar de estar ansiosa por Kahir y Lilan. Pero su grupo no era tan pequeño, aunque joven.

Cale les había proporcionado una cantidad limitada de maná muerto.

—¿Quiere que la ayude? —Lock la tomó desprevenida mientras levantaba el cubo de agua de las manos de Frey.

—Eres muy amable.

Ambos caminaron hacia las carpas para seguir ayudando a las ballenas heridas, cuando se detuvieron por el ruido de una fuerte explosión, demasiado cercana.

La batalla era en la Isla Hains 5, ellos estaban en la Hains 1. No debería ser tan ruidoso. Frey se giró justo a tiempo para ver personas con el traje negro de Arm, acompañadas de sirenas con auras nada agradables.

Dios nos ayude, pensó una alterada Frey.

 —Lock, los heridos.

Le indicó Frey, empujando al corpulento muchacho en dirección de las carpas de los heridos, en su mayoría niños, mientras miraba frenéticamente tras su espalda a los tipos que se acercaban con intenciones violentas.

Los humanos parecían ser solo eso, humanos. Sin ningún talento especial, pensó Frey al oler el aire. No había signos de maná o maná muerto en sus aromas. Pero los cuchillos, machetes y espadas no eran muy tranquilizadores.

Contaban con Lock, tres ballenas y nada más. Ellos eran los que se quedaron al cuidado del campamento y gestionaban las llegadas de más heridos.

El enemigo era alrededor de seis hombres y treinta malditas sirenas.

Frey, que corría detrás del lobo, no pudo evitar la inminente sensación de miedo que la embargaba.

Las tres ballenas se lanzaron en un salvaje ataque contra las monstruosas criaturas. Por su parte, Lock no perdió tiempo en enfrentarse a los asesinos humanos, utilizando su increíble fuerza de hombre lobo. Los miembros de Arm no parecían ser tan incompetentes como Frey había pensado al inicio. Tenían las agallas suficientes para enterrar sus armas en alguno de los miembros de la tribu ballena, facilitando el ataque de las viciosas sirenas.

You are not trash [Cale Henituse] Trash of the count's familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora