ᰔ Capítulo 11 ᰔᩚ

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—¿A mi manera? —inquiero luego de haber tragado saliva duramente frente a los fríos ojos de Jaemin. Él no desvía la mirada, se ve seguro como siempre —. ¿A qué te refieres?

Él alza una ceja, como si lo dicho anteriormente no hubiera quedado del todo claro.

—¿Cómo se le llama a eso? ¿Pareja? —responde, tomándose su propio cuestionamiento como si fuera gracioso. Yo no le miraba nada de gracioso —. Ser lo que tanto quieres.

—¿Y con qué objetivo? —insisto, esperando que no siga hablando como un bruto.

—Lo he aclarado hace un momento. —Como siempre, no responde directamente y evade.

—Recuérdamelo entonces —lo animo. No me muevo de donde estoy, pero evito a toda costa que me toque.

Él parece pensar si contestarme o no. Se debate, lo sé porque él siempre evade todo y le gusta hacer las cosas a su manera. Es un egoísta y un bruto.

—Follarte. Hablábamos de eso, ¿o quieres que te siga recordando?

Frunzo el entrecejo.

—Hace un momento dudabas de si valía lo suficiente como para dejar tu vida de follador egoísta. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Él sonríe de lado como un atisbo de respuesta.

—No dudaba. Simplemente quería escuchar tu respuesta.

—¿Y te gustó mi respuesta? —suelto de repente, encabritado. Cada vez que Jaemin responde a algo noto que nunca va a cambiar. Es muy difícil que lo haga y arriesgarme no está en mis planes.

—Sí. ¿Por qué no iba a gustarme? ¿O quieres que te recuerde quién comenzó con todo esto?

—"¿Esto?" ¡Habla claro, no somos simples desconocidos!

—Follar cotidianamente, eso. Lo comenzaste tú, ¿no lo recuerdas?

—Oh sí, y yo te obligué, te amenacé con una pistola para que lo hiciéramos. ¿O qué? Parece que te agradó bastante.

—No digo lo contrario —dijo seriamente, con un volumen más ronco de lo habitual —. Lo único fuera de lugar es que te hayas encaprichado conmigo —continúa—, por ello te digo que te quedes y lo hagamos a tu manera, al menos así tendré tu culo cada que quiera.

—¿Yo encaprichado contigo? ¿Solamente yo? —refuto con ironía. Jaemin parece percibir mi molestia —. Si yo fuera el único encaprichado no estarías ofreciendo hacer las cosas a mi manera.

—Quizá sí lo estoy: encaprichado con tus insinuaciones y ese carácter tan peculiar que te vuelve erótico. ¿De dónde lo sacaste, eh? No lo tenías cuando te conocí.

Me quedo callado. Desvío la mirada y me encojo de hombros. Jaemin es un bruto, un estúpido. Hablar con él es desgastante, siempre atacará y buscará dejar en claro que el único interesado y culpable soy yo. Él jamás se hace responsable de nada en lo que corresponde a relaciones sexuales y amorosas. Quisiera entenderlo...pero ya lo he entendido por suficiente tiempo. Me he cansado de la situación, por más que quiera escucharlo y volver a lo que éramos, no puedo, porque cada vez que abre la boca me doy cuenta de que su forma de pensar posiblemente nunca cambiará.

—Lo piensas demasiado. No tiene sentido cuando sé que quieres quedarte —añade él, haciéndome buscarlo con la mirada—. No pienso rogarte, así que no pongas esa cara para hacerme cambiar de opinión.

Sus ojos recorren todo mi rostro. Me evalúa, me mira como si estuviera en sus manos, pero no.

—Que me guste acostarme contigo no te da el derecho de hablarme así. Si pensaste que me quedaría luego de que me dijeras que ibas a hacer las cosas a mi manera, estás muy equivocado.

—Renjun no voy a rogarte, si piensas que...—me interrumpe con prepotencia, pero levanto la mano para hacerlo callar y prosigo:

—Si algún día llegaras a estar totalmente interesado en estar conmigo y no solo sexualmente, cuando dejes de ser un egoísta, un hosco y un bruto, búscame. No te prometo que siga interesado en ti para ese entonces, y tampoco estoy seguro de que busques algo serio conmigo algún día, pero es lo único que quiero hacer ahora. Y no, no quiero que me ruegues nada, de todos modos, por todo lo que me dijiste no creo que estés interesado en mí de otra manera que no sea sexual —echo un suspiro, sonriendo de lado—, por eso no necesitas rogar por algo que puedes tener en cualquier momento y de la manera que gustes con otras personas. De igual modo no eres el único hombre con el que pueda divertirme en la cama un rato, así que estamos a mano.

Jaemin no ha dejado de verme, pero se nota también que no va a cambiar su forma de pensar, así como yo no voy a someterme a él cada que quiera. Sujeto la maleta, la llevo conmigo y cruzo la puerta de la habitación.

Sé que no me detendrá y tampoco quiero que lo haga.

𝑂𝑏𝑟𝑒𝑟𝑜 ᰔᩚ JAEMREN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora