En la vida del joven ejecutivo Park Jimin las mujeres habían sido siempre algo esencial, no siempre la misma porque para él era como cambiarse de ropa, siempre debía ser alguien distinta la qué se viera a su lado, todas con pinta de modelo, perfecta...
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Jimin estaba corriendo en su coche directo a la casa de Montse, estaba más equivocado que nunca en la vida y todo por culpa de una tipa que solo se acercó para hacerlo dudar, se sentía tan idiota en ese momento porque le había hablado demasiado feo y con lo que le había costado conquistarla no tenía que ser justo que ahora rompiera su corazón y lo poco que tenían siendo esa pareja soñada, recordaba la mirada de Montse que estaba mezclada entre la ira, impotencia, enojo e incredulidad, ahora tenía que hacer algo para convencerla de perdonarlo.
Al llegar bajó corriendo del coche y corrió a tocar la puerta de la casa pero nadie respondió, aquel lugar estaba vació y realmente no sabía cómo localizarla porque lo único que sabía era que la familia de ella vivía en el campo y lejos de su casa y no supo nunca de dónde provenía, no tenía más remedio que esperar a que ella llegara, saliera o simplemente abriera la puerta, estaba desesperado, se había equivocado no solo con ella, también con su mejor amigo al que le había hablado de modo agresivo, se sentía tan culpable y arrepentido por dejarse llevar.
Las horas pasaron, él permaneció sentado en el pórtico de la casa sin importar nada, por su parte Montse quiso caminar por un rato por la ciudad, pero entre pasos y pasos no se dio cuenta que el tiempo se le estaba yendo, ella sabía perfectamente quién era la que pudo haber llevado aquel chisme hasta los oídos de Jimin pero nunca pensó que serían escuchados por él, realmente lo vio molesto y eso no lo entendía porque no le había ocultado nada, al manos nada que pareciera importante porque ella nunca fue partícipe de los cortejos de Namjoon y menos los aceptó, por más que le daba vueltas al asunto no entendía cómo es que Jimin le había dado crédito a la más chismosa de la oficina.
En un clásico momento de tristeza y mientras ella caminaba sin importarle nada, ni la hora, una tenue lluvia comenzó a caer, aquella llovizna que era tan perezosa como los pasos que daba, no quería llegar a su casa porque estaban los bonitos recuerdos de la noche anterior en la que ambos creyeron que este sería un día lleno de amor, cuando por fin sus labios perdieron la inocencia entregando su primer beso al hombre que tanto le gustaba y al que se había resistido.
Pero por más que ella no quisiera, sus pies estaban llevándola sin permiso alguno y estaba cada vez más cerca de aquel lugar que le estaba dando esos recuerdos tan bonitos que de momento solo quería olvidar porque dolía, pero al estar justamente frente al pórtico de su casa le sorprendió lo que vio, al mismo tiempo que le estaba volviendo el enojo, Jimin al sentir sus pasos llegar levantó la mirada, la noche los había alcanzado a ambos y los tenía frente a frente.
─ Quiero estar contigo, quiero permanecer a tu lado siempre y brillar junto a ti como las estrellas y caminar tomado de tu mano sin importar el lugar al que vayamos, perdóname por ser tan idiota, siempre tuve lo que quería y era el centro de atención, pero contigo es distinto porque tú sabes bien los que quieres y eso me asusta, me abruma y me hace dudar de si soy suficiente o debo ser alguien como Kim Namjoon ─ las palabras de Jimin salieron de sus labios como si fueran directamente de su corazón porque ni su cerebro tuvo la voluntad para analizarlas.
─ Sí yo hubiera querido un Kim Namjoon a mi lado, estaría con él, pero te elegí a ti porque supiste encontrar todo aquello que de verdad me gusta, incluso dejaste de lado todas las fiestas de los viernes para ir conmigo a la biblioteca y creo que ni siquiera te habías enterado, yo me di cuenta de lo mucho que dejaste atrás y por eso quise que mi corazón se fijara en ti aunque tenía miedo ─ expresó la chica sin moverse de ese lugar, no podía negar que viéndolo con el cabello mojado y sus labios temblorosos por el frío de la lluvia se veía por demás atractivo.
─ Me dejaron de importar ─ refiriéndose a las fiestas ─, me olvide de ellas porque mi mente se empezó a concentrar solo en ti, te convertiste en mi prioridad pero también tengo miedo que un día creas que no soy suficiente o al menos eso creía ─ el rubio se puso en pie para acercarse de nuevo a su hermosa chica de gafas gruesas, solo la había besado una vez y quería sentir nuevamente sus labios y deleitarse con esa pureza virginal que solo un beso le podía dar.
Ambos sintieron como las gotas de lluvia que venían cayendo desde hacía ya bastante rato, ahora estaban siendo más fuertes y pesadas pero nada les importó solo esa cercanía que había entre los dos en ese instante en que el mundo no importaba, ninguno de los dos se quería perder en la nada por culpa de otras personas que solo buscaban verlos mal, era el momento de ser sinceros con ellos mismos para que las cosas pudieran ir con más firmeza, era difícil para Montse saber que se había enamorado de un hombre tan guapo que la correspondía.
Para ese momento todo parecía complicado para los que no sabían que los dos enamorados se habían reencontrado y reconciliado, que no sabían que el amor estaba triunfando sobre todas las trabas que parecían tener, incluso Namjoon sentía algo de culpa al pensar en lo que había ocurrido por ser tan lanzado y no hablar con la verdad desde el principio, porque nunca hubo una invitación que se prestara a malas interpretaciones por parte de Montse, ella siempre había hablado claro, siempre sincera y cumplidora con su trabajo pese a lo complicados que eran sus compañeros de trabajo en esa oficina.
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