En la vida del joven ejecutivo Park Jimin las mujeres habían sido siempre algo esencial, no siempre la misma porque para él era como cambiarse de ropa, siempre debía ser alguien distinta la qué se viera a su lado, todas con pinta de modelo, perfecta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─ Dime cuanto quieres para dejar de ver a mi hijo, ¿Cuál es tu precio? ─ preguntó directamente y sin andar con rodeos para que la joven no tuviera más nada que alegar si es que era dinero lo que quería.
─ ¿Cree usted que es dinero lo que quiero?, ¿acaso me veo tan necesitada como para caer en una situación como esa?, pero no, no se preocupe que no tiene que pagarme nada porque no soy del tipo de mujer que va por la vida buscando oportunidades, prefiero trabajar por mi cuenta, ahora si no tiene nada más que decir le pido que por favor se largue de mi casa y no vuelva porque no es bienvenida ─ Montse nunca había sido dócil y frágil pero ahora era cuando menos se iba guardar esas ganas de cerrarle la boca a esa mujer.
La señora Park no podía creer lo que la chica estaba diciendo, ella nunca había recibido un trato así antes, menos de una mujer como ella, a la que veía menos por ser tan sencilla, por su puesto de trabajo pero se había sorprendido mucho al ver la casa de la joven y esto la hizo confirmar que lo más seguro era que ella estuviera interesada en eso porque le gustaba un estilo de vida caro y su salario no le alcanzaba para eso.
Montse se quedó tan molesta en ese momento que solo se dejó caer sobre el sillón haciendo un puchero de enojo que la hacía ver muy tierna ─ ¿Cómo puede creer que quiero dinero? ¡Hay que señora tan corriente! ─ dijo para sí misma, la verdad es que entre tanto le había causado de alguna manera gracia saber que aquella mujer tenía una manera de pensar tan básica ─ ¿acaso todas esas doñas piensan así? ─ insistía, se puso en pie y fue a prepararse un café, cuando minutos más tarde el teléfono la distrajo de lo que había ocurrido.
La señorita Bae no volvió a saber más nada de la señora Park, le contó a Jimin sobre lo ocurrido aquel día pero no pasó nada grave, solo que el rubio arremetió contra sus padres por hacer cosas tan bajas para dañar a Montse, sin embargo, la sorpresa que estaba preparando para ella sin duda alguna sería una bomba para los Park que independientemente de lo que pensaban sobre su pariente tenían ideas diferentes de Montse y lo estaban comprobando.
Los días pasaron y por fin Jimin tenía la sorpresa perfecta para su novia, pero eso días había estado muy atareado con las cosas de la empresa, por lo que la estaba postergando ─ cariño quiero que salgamos pero el trabajo se está volviendo demasiado pesado, este día estaremos aquí hasta tarde ─ dijo con evidente incomodidad el rubio a su asistente, a la que amaba con todo su corazón.
─ Bueno, pero estamos en ese tiempo de descanso, estamos en ese momento en el que los jefes aprovechan para hacer cosas con sus asistentes, no sé yo nada más digo ─ fueron las palabras de la joven un afrodisíaco para Jimin que entendió en mensaje perfectamente.
─ Y cómo qué clase de cosas podríamos hacer, ¿mi nena imposible? ─ preguntó el rubio que de inmediato la abrazó pegándola a su cuerpo para besarla, profundizando de manera que ella sintiera ese deseo de entregarse como lo hacían siempre, con el amor por delante, Park sabía que el tiempo era poco porque todos en la empresa iban a regresar pronto de su descanso, la subió al escritorio y se acomodó entre las piernas de la chica que en esta ocasión traía una falda.
La piel, el calor, los roces y los jadeos fueron los que marcaron aquel momento, Jimin fue tan rápido para apartar la prenda íntima de la chica y acomodar su pantalón de modo que pudiera adueñarse del cuerpo de su pareja lo más cómodo posible, ella lo aceptaba y sentía su calor corporal aumentar, se aferraba a los hombros del rubio con fuerza más cuando el vaivén de los cuerpos había empezado, pero no podían quedarse a disfrutarlo por mucho tiempo, por lo mismo Park se estaba moviendo lo más rápido que podía.
El orgasmo fue tan placentero, tanto que se vieron tentados a hacerlo de nuevo pero los pasos de alguien se escucharon detrás de la puerta, esto los hizo moverse con rapidez para acomodarse, para calmarse en su respiración y estar listos por si alguien tocaba a la puerta, cosa que así pasó, Jimin que era quién mejor sabía disimular fue a quitar el seguro de la puerta y dejó pasar a un Namjoon que traía consigo papeles para que Park firmara, aunque notaba cosas muy extrañas no dijo nada.
Los enamorados solo se pudieron ver el uno al otro siendo cómplices, de alguna manera estaban felices, la verdad era que desde hacía mucho nadie de los Park había vuelto a intentar algo para separarlos, parecía que la vida por fin estaba recompensando a Montse por ser una buena persona, luchadora y entregada a su familia que amaba sin importar lo poco que los veía, la oficina se había convertido en un lugar más ameno desde que todos usaban uniformes, era la razón por la que Montse usaba faldas desde un tiempo acá.
Ya no había nada que hiciera estorbo entre ellos, Jimin se había vuelto alguien que lejos de 'pedir estaba aportando justo como sus hermanos mayores querían, Montse había encontrado el amor en aquel chico que ella creyó que nunca sería para ella y que solo la buscaba para jugar, no importaba lo que pasará, lo amaba y nadie la haría cambiar de opinión, nunca se había dejado llevar por las palabras que no estaban sustentadas por hechos y eso la hacía creer en la palabra de su amado rubio que definitivamente había dejado las fiestas atrás por ella y se estaba entregando a tiempo completo solo a ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.