¿𝑺𝒐́𝒍𝒐 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒔? [sɪʟᴠɪᴏ ɢᴀᴍᴇʀ x ᴏᴄ]

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Se removió en la cama empezando a despertarse, se abrazó a la almohada queriendo no levantarse aún, pero al escuchar unas voces afuera lo hicieron abrir los ojos apenas. Se sentó en la cama tallando sus ojos con sus manos, bostezó también para luego mirar todo a su alrededor aún estando adormilado. Le pareció extraño todo ese lugar, esa no era su habitación, notó todo desordenado, se preguntaba que había pasado.

Llevó una mano a su cabeza al sentir un fuerte dolor en esta, apenas y recordaba lo que había pasado la noche anterior, sólo tenía unos recuerdos algo borrosos.

Escuchó la puerta abrirse y por reacción llevó su mirada a la persona que acababa de entrar, extrañandose aún más.

—Vaya, parece que ya despertaste —dijo aquella persona irónicamente

Silvio miró a su alrededor otra vez y luego volvió su mirada a la rubia estando totalmente desorientado.

—¿Pero qué pasó anoche? —preguntó él en un murmullo sosteniendo aún su cabeza, le dolía bastante

—Pues, estabas en una fiesta ¿qué esperabas? —fue lo único que dijo Dixsy sin mucha importancia

El castaño sólo supuso que bebió demás y terminó en esa habitación, por lo que suponía que aún seguía en casa de la hada y el reptil.

—Por cierto... —expresó ella señalando cerca de su misma boca para indicar al castaño que tenía algo ahí

Este pasó su mano por la zona indicada algo confundido, miró su mano notando como un poco de labial estaba en esta, preguntándose como llegó eso ahí, que él supiera no había besado a ninguna chica excepto Color y eso que sólo fueron dos veces según él.

—Bueno, voy a nacesitar que os vistáis y bajéis a ayudarme a limpiar —dijo la de ojos azules señalandolo a él y a otra persona más

Eso extrañó al mexicano, pero al mirar a su lado se llevó con la sorpresa de que la pelinegra dormía a su lado, convenientemente estando desnuda al igual que él.

—¡A la madre! ¡¿Pero qué?! —exclamó el castaño con notable sorpresa

Miró a la rubia cuando esta soltó una risa divertida al ver su reacción, a parecer le hizo gracia su reacción. Silvio estaba completamente rojo con toda esa situación, siempre negaba tener algo más que una amistad con la pelinegra, pero aquello sólo demostraba lo contrario y quien sabe quien más los habrá visto la noche pasada.

Miró a su amiga y luego a la rubia, comenzando a sacudir a la pelinegra para despertarla.

—Eh, Color —la llamó con algo de desesperación por despertarla

Ella apenas se removió, haciendo un sonido de molestia y se cubrió más con las sábanas.

—Color, anda, despiertate ya —la sacudió más fuerte logrando hacerla reaccionar más