¿𝑺𝒐́𝒍𝒐 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒔? [sɪʟᴠɪᴏ ɢᴀᴍᴇʀ x ᴏᴄ]

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La pelinegra estaba en su última clase del día y también su favorita. Arte. Para ella era lo mejor de todo, incluso podría decir que era la única clase que en verdad le encantaba, le ponía todo su esfuerzo en todo los sentidos, era el único curso que aprobaría completamente.

Terminó de darle los últimos detalles a su dibujo y lo dió por terminado, esperó unos minutos para que el profesor comenzará a revisar cada trabajo de los estudiantes, no pasaría mucho hasta llegar su turno.

El profesor pronto fue pasando por cada asiento revisando y corrigiendo errores, dando consejos para mejorar en cuanto a trabajos futuros. En poco tiempo ya le tocaba a Color presentar su trabajo, ella sólo se quedó en silencio mientras el mayor veía su trabajo y a diferencia de los demás no le dijo nada para corregirla o para que mejorara, era un trabajo técnicamente perfecto, la pelinegra en verdad era buena cuando se trataba de arte.

—Buen trabajo, Señorita 21 —felicitó su profesor a lo que ella sonrió con orgullo

—Gracias —sonrió ella con orgullo

—Puede pasarse por mi escritorio a la salida, me gustaría hablar con usted de un asunto —comentó el mayor y siguió con la revisión de trabajos

Color quedó un poco confundida por eso, ¿qué quería hablar el profesor con ella? Casi siempre cuando la llamaban así era algo malo, pero ella sabía que no había hecho nada malo, por lo que pensaba en todas las cosas que había podido hacer esos últimos días como para que quisiera hablar con ella.

Pasó el tiempo y la clase había terminado, vió a todos salir agradeciendo que las clases hayan terminado al fin, al menos por ese día.

La pelinegra tomó su mochila con sus cosas, se acercó al escritorio del profesor quien revisaba algunos papeles, tenía algo de miedo que le dijera algo malo, casi siempre era así, aunque tampoco le extrañaba mucho haber hecho algo para que la castigaran.

El mayor la miró y dejó un momento lo que hacía para juntar sus manos sobre el escritorio, además de verla de manera seria, algo que hizo que la pelinegra se pusiera nerviosa, sujetando con fuerza las correas de su mochila.

—Señorita 21 —dijo el profesor con una expresión neutral

—Profesor Mondongo, ¿quería hablar conmigo? —habló la pelinegra intentando ocultar su nerviosismo

—Así es —confirmó organizando los papeles que veía para luego colocarlos a un lado—. Puede calmarse, no es algo malo si es lo que piensa

—¿No? —dijo claramente sorprendida

—No. De hecho es algo bueno para usted, muy bueno debo destacar —esta vez el peliazul tenía una pequeña sonrisa en su rostro, pero aún así Color estaba confundida—. He visto su desempeño en mi curso y es muy buena en lo que hace, me ha sorprendido en varias ocasiones con sus trabajos, como hoy por ejemplo