¿𝑺𝒐́𝒍𝒐 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒔? [sɪʟᴠɪᴏ ɢᴀᴍᴇʀ x ᴏᴄ]

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Terminó de vestirse y se miró al espejo terminado de arreglarse, para terminar se colocó su poncho y luego su sombrero de siempre para después salir de su habitación. Caminó por el pequeño pasillo entre las habitaciones teniendo muy buen ánimo extrañamente, pensaba que nada podría quitarle ese buen humor que tenía.

Bajó las escaleras viendo a sus dos amigos estando en la cocina desayunando en la isleta en medio de esta, casi siempre él era el último que se despertaba.

Los fue a saludar, pero estando por terminar de bajar las escaleras se tropezó con sus pies y terminó por caerse de esta. Al apenas tocar el suelo el castaño y el peliazul lo miraron, lo primero que pensaron fue en reirse de la caída del mexicano, pero al ver que este se quedó en su misma posición dudaron de si reírse realmente.

—¿Silvio, estás bi- —fue a preguntarle Flex cuando lo vió levantarse quejándose en el proceso, pero fue interrumpido por el nombrado

—No digan nada —dijo recogiendo su sombrero el cuál se le había caído

—Bueno —se limitó a decir Sparta

El mexicano se colocó nuevamente su sombrero y caminó hacia sus amigos ahora algo molesto y apenado por lo que había pasado, se sentó junto a ellos queriendo ignorar sus miradas sobre él, pero le era muy difícil hacerlo, sólo suspiró con pesadez y cubrió su rostro con una de sus manos.

—Ya, está bien, pueden reírse —dijo Silvio con cierta molestia y vergüenza

Seguido se escucharon las risas de Sparta y Flex, habían aguantado su risa por un buen rato extrañamente no queriendo hacer sentir mal al mexicano, pero al escucharlo decir eso no se contuvieron más, riéndose lo más escandalosamente posible y diciendo alguna que otra cosa sobre su caída en forma de burla.

Silvio en ese momento ni siquiera sabía porqué los tenía de amigos.

...

Llegó al salón de clases junto a su amigo castaño claro y el albino con apariencia de fantasma, estos dos hablan tranquilamente mientras Silvio estaba callado, algo raro en él porque nunca se quedaba callado por nada en el mundo.

—Eh, Silvio, ¿por qué no hablas? ¿Te quedaste mudo de la nada o qué? —preguntó Dany cuando cuando estuvieron sentados cada uno en sus asientos

—Es que me había levantado con buen humor hoy, entonces me caí de las escaleras y luego Flex y Sparta se ríeron de mí —contó haciendo una mueca de dolor al sentarse en su asiento—. No mames, sí me dolió feo la caída

Algo que no fue de su sorpresa fue escuchar a sus otros dos amigos reírse al contarles aquello que le había pasado, sólo esperó que el ataque de risa que le dió pasara.

—¿Terminaron de reírse de mí? —preguntó cuando los dos se cesaron sus risas

Dany y Permon sólo a sintieron aún riendo en bajo.