¿𝑺𝒐́𝒍𝒐 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒔? [sɪʟᴠɪᴏ ɢᴀᴍᴇʀ x ᴏᴄ]

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El castaño llegó a su hogar, apenas entró suspiró con algo de pesadez, quitó su mochila de sus hombros para cargarla en sus manos, tanto se había tardado en la casa de la pelinegra que hasta había oscurecido. Igual no le importaba, tampoco iba a dejar a su mejor amiga en el estado que la encontró, se había encargado de subirle el ánimo haciendo alguna tontería para hacerla reír y alegrarla, después de bastante notó como sus intentos de hacerla sentir mejor habían hecho efecto, pero seguía estando mal al saber lo que le había pasado en su confesión al otro castaño.

—Silvio, estás vivo —la voz del peliazul lo sacó de sus pensamientos y lo hizo mirarlo

—Que exagerado, sólo me desaparecí por unas horas nada más —respondió el nombrado sin darle importancia

—¿Dónde estabas que no llegaste en toda la tarde? —preguntó ahora su amigo castaño desde la cocina

Silvio al verlo sintió cierta molestia, Color le había dicho que no era culpa de Sparta lo que pasó, pero se sintió molesto sólo por el hecho de como se puso la pelinegra después de que él la rechazara.

Lo miró con seriedad, incluso ambos notaron ese cambio repentino en el mexicano y se extrañaron.

—Ah, sólo estaba en casa de Color consolandola después de lo que pasó contigo —respondió con simpleza, aunque igual se notaba la ironía en sus palabras

—¿Por qué? ¿Pasó algo? —dijo Flex con confundido, ajeno a todo el asunto

Silvio miraba con molestia al español, en cambio él lo miraba apenado por saber exactamente a que se debía la molestia de su amigo.

—¿Ella está bien? Ella había dicho que no importaba lo que pasó, que estaría bien —dijo Sparta apenado

Silvio soltó una risa irónica ante las palabaras de su amigo.

—Le rompiste el corazón, imbécil —fue lo último que dijo y se fue escaleras arriba hacia su habitación, dejando al peliazul confundido y al castaño sintiendose culpable

El castaño bajó la mirada sintiendose mal por lo que había hecho, no quería lastimar a Color, pero sabía que realmente no le gustaba a la pelinegra, todos sabían que entre ella y el mexicano había algo y no quería interponerse entre ambos.

Silvio solo quería cuidar a su mejor amiga, pero cuidarla de cualquier chico que la desilusionara, no lo dejaba ver el daño que le hacía a ella con mismo ese hecho.

...

Caminaba tranquilamente, se dirigía al instituto aquel día sábado, sabía muy bien que ese día no habrían clases, pero sus amigos habían quedado en verse en la entrada del instituto para que luego su amigo peliblanco con coche pasara por ellos.

Llegó al lugar y miró hacia todos lados buscando a alguno de sus amigos, revisó la hora dándose cuanta que había llegado a la hora correcta, pensó que sus amigos ya llegarían tarde y que le tocaría esperar. Suspiró con algo de pesadez mirando un punto fijo, perdiéndose de a poco en sus pensamientos a medida que esperaba a su grupo de amigos.