【Este libro contiene pequeños cortos sobre el ship shadowpeach de Legó Monkie Kid, basadas en pequeñas ideas que se me ocurren o me puedan compartir, o incluso sacando ideas de películas o series.
En fin espero que lo disfruten, así como yo disfrut...
Wukong se sacudió los escombros que se aferraban a su ropa, acababa de terminar su entrenamiento con MK y no tenía ninguna queja, estaba muy orgulloso de él, había mejorado tanto ese último tiempo que ya no podía hacer tonterías como esquivarlo mientras leía, ahora tenía que prestarle atención o recibiría un golpe que seguramente lastimaría su orgullo.
Había sido uno de los entrenamientos más largos y duros que hayan tenido desde que comenzaron, su cuerpo dolía como el infierno y por suerte MK ya se había ido a su casa, así que no tenía que fingir que estaba bien
Necesitaba algo que lo animará y relajara...
Tal vez pasar unas horas en las aguas termales de su isla aliviaría sus músculos tensos, con esa idea en la cabeza se dirigió a su habitación a buscar algunas toallas y algo de ropa, pero cuando abrió la puerta de su habitación se encontró con Macaque dándole la espalda metido en un nido, habían varios de sus clones que se acercaban a él con cosas y él decidía si era adecuado o no para utilizar, si no solo lo descartaba lanzándolo a algún rincón del cuarto, como si fuera basura.
Se le formó una pequeña sonrisa en el rostro mientras su cola se movía de un lado a otro por la emoción, su pareja estaba haciendo un nido...
Oh, ya quería probarlo.
—Nmh, aún falta algo...— murmuró para si mismo, estaba tan concentrado en hacer perfecto su nido que apenas estaba consciente de su alrededor, pero después de un rato sus orejas captaron los latidos de quien tanto amaba, se hundió en su sombra apareciendo detrás de Wukong y empezó a empujarlo suavemente guiándolo hasta el nido.
—Ah, Macaque...— había estado callado para no interrumpirlo.
—Tranquilo—
Ambos estaban nerviosos, hace siglos que no compartían un nido.
Macaque lo acomodo en el nido y se separó un poco para verlo, con una sonrisa asintió.
—Es perfecto— se adentro y se acomodó en el pecho del sabio, poco después empezó a ronronear.
No era lo que había planeado, pero estar en un nido hecho por su pareja y tenerlo a su lado ronroneando, era igual de relajante que unas aguas termales.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Qué tal estuvo? Siempre quise hacer algo referente a un nido con ellos dos.
En fin que tengan un buen día, tarde o noche, no olviden dejar su estrellita y algún comentario si les gusto.