Capítulo 11

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Luego de llegar a la secundaria, noté a la chica de tez blanca, cabello negro, corto, y ojos enormes de color marrón, que hace que mis días se hagan más tolerables, corriendo hacia mí con una sonrisa enorme y con sus brazos abiertos.

—¡¡¡AAAAA!!! —gritó, Thais, abrazándome.

Sonreí.

Todos la voltearon a ver y siguieron en lo suyo.

—Te extrañé muchísimo este fin de semana —continuó diciendo y poniendo una cara de perro triste.

—Yo también —dije con el mismo sentimiento de tristeza.

—Ven —me tomó de la mano y caminamos a paso rápido hasta llegar a los sanitarios en dónde nos encerramos en el último baño, el cual es nuestro preferido.

—¡Ahora sí! ¡Cuéntamelo todo! —exclamó, Thais, sonriendo de forma maliciosa.

—Pues... ayer sal...

—¡No le des largas! ¡Déjalo salir! —dijo impaciente y eufórica.

—¡Ok! ¡Ok! —grité.

—¡Es para hoy Chicle...!

—¡Fui a una fiesta y di mi primer beso! —Pronuncié rápido antes de que ella pudiera decir algo más.

—¡¿Qué?! —sus ojos se abrieron enormemente —¡AAAA! —gritó sonriendo, saltando y abrazándome por segunda vez.

Yo la imité.

Realmente no podía ocultar la sonrisa que me invadía, era tan grande que podía sentir como mi cara dolía al hacerlo.

—Lo sé, lo sé, es muchísima información —me senté en la tapa del inodoro para poder asimilar lo de anoche por milésima vez, creo, sino es que ya perdí la cuenta.

—¡Y es la información más exquisita que he tenido! —Thais sonrió mucho más —¡Esto merece una celebración!

Es lindo saber que la tengo a ella, saber que tengo a alguien que se siente feliz por quien soy y, además, que se sienta feliz por todos mis logros. Ella es el sol de mis días, así de sencillo y cursi.

Aún sigo sin entender porque de entre todas las chicas que pudo haber escogido para que fueran su mejor amiga, su confidente, me escogió a mí. Aún no lo entiendo, pero sea lo sea que la impulso a escogerme, lo agradezco, estaría perdida sin ella.

—¿Y dime quién fue el afortunado? ¿Quién fue el suertudo en obtener el primer beso de mi otra mitad? —continuó preguntando con esa sonrisa de felicidad en sus labios.

—¿Viene a esta secundaria?, ¿es alguien mayor que tú? Detalles, detalles Chicle —prosiguió.

—Sí, viene a esta secundaria, y, no, no es tan mayor, tal vez solo un año de diferencia —respondí sonrojada.

—Exijo nombre completo —dijo con tono burlón.

—Mike Evans —pronuncié sin equivocarme, ni titubear, recordándolo a la perfección. Suspiré mordiéndome el labio inferior.

—¡¿QUÉ?! ¡MIKE EVANS! ¡ESTÁS LOCA! —gritó asustándome y haciendo que me levantara del retrete y tapara su boca con mis manos.

—¡Shhhh...! —dije para que se callara.

Sus expresiones se relajaron. —Voy a bajar mis manos lentamente, ¿ok? —ella asintió —no grites, Chicle.

—Perdí el control, lo siento —dijo Thais. —Pero es que no puedo creerlo. Estamos hablando del mismísimo capitán de beisbol y uno de los tres chicos más codiciados de la secundaria, Mar. No, no, no y no. No estoy de acuerdo. Eso no puede ser —su ceño se frunció en negación.

Tú y yo probablemente nunca... ¿O tal vez sí? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora