Capítulo 12

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—¿Cómo estás? —su cara está muy cerca de la mía.

—Bien —contesté con mis mejillas ardiendo de los nervios.

—¿Solo bien? —preguntó en tono confuso.

Me volvió a besar, pero esta vez fue un beso más ligero y... delicado, como si no quisiera sofocarme, aunque obviamente no creo que eso pase jamás, como si no quisiera que lo olvidara en el momento que me lo dio.

—¿Y ahora? —volvió a preguntar mirándome fijamente.

—Mejor —contesté — pero.... —agregué suspirando un poco, pensando en que realmente me encantan los besos con sabor a menta que me dio, pero no puedo evitar pensar en el miedo que me da esta etapa que estoy viviendo

—¿Pero? —se notaba interesado en lo que yo quería decir, eso me gusta. —Vamos puedes decírmelo —toco un mechón de mi cabello.

—Nada, es solo que... nunca había hecho esto antes y siento que vamos muy rápido.

—Lo entiendo y está bien, así que no te preocupes. ¿De acuerdo?

Asentí con la cabeza baja.

Su postura se tornó pensativa, podía notarlo —¿Qué te parece si... salimos en los próximos días? Ya sabes lo normal. Para conocernos mejor y todo eso. Claro que... no sé si te gusta la idea.

No podía creer lo que estaba diciendo, me parecía ridículamente irreal.

«¡Claro que es irreal! ¡Que no te das cuenta de que está jugando contigo! ¡Eso solo pasa en las películas, así que despierta!» podía sentir como mi subconsciente me gritaba desde lo más profundo de mi ser, pero no sé de dónde tomé fuerzas para ignorarlo y responder a la propuesta de Mike.

—Me encanta la idea —sonreí con más confianza.

Él sonrió y parecía muy genuino.

«Genuinos mis comentarios, Margarita» pensó la voz de mi cabeza.

—Entonces, ¿nos vemos por la tarde? —preguntó.

Me emocioné tanto con la idea de salir con él que olvidé por completo mi compromiso en la heladería.

—Tengo que ir a la heladería —respondí un tanto agobiada.

—¿Y en la noche? —me gustaba que buscara la manera de cumplir el compromiso que acababa de hacerme hace un momento.

Divagué unos segundos en mi mente, para convencerme de que no creo que a mis padres les moleste la idea de que salga por la noche. En realidad, ellos siempre buscan la manera de que esté fuera de casa, aunque no para que me besé o tenga citas; de esta parte debo excluir a mi mamá ella no es tan celosa como papá, sino para que conozca más personas y haga más amigos. Y hablando sobre la sobreprotección de mi papá para conmigo; me parece un tanto ridícula, porque no es como que tenga muchos pretendientes, más bien aún sigo pensando que es un milagro que un chico como Mike me invitara a salir.

—En la noche está perfecto —mis manos sudaban por la combinación de nervios y emoción.

—De acuerdo —sonrió. —Tengo práctica en unos 10 minutos, así que... me tengo que ir —siguió diciendo.

—Yo también me tengo que ir —comenté.

Abrió la puerta despacio asomando la cabeza para ver, ¿si alguien estaba en el pasillo?

Me volteo a ver, me dio un pico rápido y dijo: —Nos vemos en la noche —se fue y cerró la puerta.

La luz tenue de ese cuarto de servicio le sirvió a mi mente como campo de tiró, en donde yo era el pájaro y ella la escopeta, porque empezó a dispararme con todos los tipos de pensamientos que tenía para hacerme mierda como es su costumbre.

Tú y yo probablemente nunca... ¿O tal vez sí? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora