Ya no más, no puedo seguir con este sentimiento que me devora la lucidez. Eres como una droga, algo que hace que pierda el control, prometo por más que me cueste no volver a mirarte, no volver a mirarte más. Sé que ahora estás feliz mientras yo me disgusto por lo que pasó, y no, yo no tengo la culpa esta vez. Todos sufrimos y yo no seré la única que lo haga en esta relación. Es una regla justa, prometo no volver a escribir poesía para ti. No quiero preocuparte, pero ha llegado alguien quizás adecuado. Ahora es tu tiempo, huye de mi vista, disminuye tu tamaño y no vuelvas a mirarme así, con tu cara de ilusionado, lo eché todo por la borda, me rindo y no habrá súplica por amor. Será todo mejor sin tu alma deambulando por mi mente, he hallado la solución para borrarme, y lo hago todas las noches, pensando en ti.
