I.A.U

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Por esas ansias de la vida adolescente corrí en busca de un alivio. No tenía a mi alcance mis píldoras mágicas. No encontré ningún objeto corto punzante. Pero vi sobre el mesón una cajetilla de cigarros "corriente" y al lado un encendedor.
Tomé uno con una corriente de decisión que pasaba por mis venas, lo coloqué en mi boca y encendí el cilindro que de a poco termina robando mi vida... Inhale la primera calada y quemó mi garganta, tosí y me dieron náuseas. Mi instinto de auto destrucción me prohibió arrojar el cigarrillo e ir en busca de algo que aliviara mi garganta rasposa. Continué una calada tras otra tosiendo y comenzando un dolor de cabeza. Me acabé el cilindro casi dominándolo por completo, algo me decía que nadie extrañaría la cajetilla y que nadie sospecharía de una niña de 13.

Pequeña Alicia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora