Era la segunda vez que veíamos trainspotting. Me di cuenta que cuando preparaban la heroína te pusiste nervioso, prendiste un pucho y me abrazaste más fuerte. Me gustaba como estábamos porque me hacías cariñito en el pelo. Cada vez que se daban un pinchazo te acomodabas y me acomodabas a mi también. Terminamos haciendo cucharita y te sentí tiritar. Mi nuca estaba húmeda y me volteé. ¿Qué pasó, potito? Porque estabas llorando. Me prometiste dejar todo lo que te metías. Me prometiste hacer la rehabilitación la otra semana. Terminó la película y me dijiste, "yo habría hecho lo mismo" ¿quedarte con la plata?, pregunté. "Sí, pa'que partamos de nuevo, aparte, ello nunca fueron sus verdaderos amigos lo metieron a la droga y lo echaron a perder. Lo escuché y me dio pena, es tu historia, pensé. Después me miró descolocado se paró y salió.
Me quedé ordenando un poco el living, me lavé los dientes y me puse el "pijama", íbamos a dormir en la pieza sin puerta por mis papás, así que puse el guatero y te fui a buscar, estabas hablando con alguien, te dije que si nos vamos a dormir. Y como si nada cortaste el teléfono y entraste.
Nos acostamos, hicimos cucharita y me hacías cosquillas con los pies, nos besamos de buenas noches y me abrazaste fuerte.
Soñé puras hueas, Mati. Soñé que te encontraba muerto en tu depa, estabas helado y me mirabas como si yo tuviese la culpa. No podía despertar. Hasta que llegó mi mamá, despierta que ya se fue.
Desperté, hacia un frío de puta madre, se quedó la ventana abierta. Me volteé porque siempre despertábamos separados y no te vi. Prendí la tele, fui a la tetera, te hice tu té verde y le eché limón, como a ti te gusta. Toqué la puerta del baño por si estabas allí pero salió mi papá. Ups, fui al jardín a ver si estabas fumando por la angustia y nada, revisé el patio y no te encontré. Te fuiste sin decir nada, ni un whatsapp, mensaje, carta, post it. Ninguna mierda, Matías.
Aún estoy esperándote, ¿qué pasó, potito, ya te rendiste?
