El tranquilo pueblo seguía su ritmo constante, ajeno a las luchas internas de Jeon Jungkook. Los días pasaban sin prisa mientras se acercaba el momento de su ordenación como sacerdote. Las enseñanzas del Padre Namjoon lo guiaban a través de los rituales y deberes religiosos. Mientras tanto, una amistad especial crecía entre Jungkook y Park Jimin.
Cada encuentro con Jimin desencadenaba una mezcla de emociones en Jungkook. En su cuarto, miraba por la ventana hacia los jardines del convento, pensando en los momentos compartidos con Jimin. La música de su piano resonaba en su mente como un eco suave y melodioso. La sabiduría del Padre Namjoon se había mantenido firme en su interior, recordándole su compromiso con Dios y la vocación que se avecinaba.
En una soleada tarde, Jungkook decidió dar un paseo por el pueblo. Caminó por las calles empedradas, saludando a los aldeanos y compartiendo algunas palabras de aliento. Mientras avanzaba, no pudo evitar notar cómo el nombre de Jimin se deslizaba con frecuencia en sus conversaciones.
Después de un tiempo, llegó a una pequeña tienda de antigüedades que solía visitar de niño. El dueño, un anciano amable y sabio, lo saludó con una sonrisa arrugada.
—Padre Jungkook, hace tiempo que no venía por aquí. ¿En qué puedo ayudarte hoy?
Jungkook asintió y se acercó a un rincón donde había una colección de libros antiguos.
—Me gustaría ver tus libros, especialmente los de música y fe. Tal vez puedas recomendarme algo.
El anciano examinó la selección de libros y sacó un volumen en particular.
—Este es un libro sobre música sacra. Es una joya rara y una herencia de este pueblo. Puede que encuentres inspiración en sus páginas.
Jungkook tomó el libro con gratitud y comenzó a hojearlo. Mientras leía, su mente se sumergía en las partituras y los pensamientos sobre su futuro como sacerdote. La música seguía siendo una parte vital de su ser, una forma de comunicarse con Dios y transmitir emociones que las palabras no podían expresar.
Mientras tanto, en la cocina del convento, Jimin estaba completamente inmerso en la preparación de la cena. Cada corte, cada mezcla de ingredientes era una expresión de su pasión por la cocina. Jisoo, la encargada de cocina, observaba con asombro cómo Jimin transformaba ingredientes simples en obras maestras culinarias.
—Jimin, ¿Cómo es que cocinas tan bien? Nunca antes había visto a alguien tan talentoso.
Jimin sonrió humildemente mientras continuaba trabajando en su obra maestra.
—Supongo que es un don que Dios me ha dado. Estoy agradecido por la oportunidad de compartir mi amor por la comida con todos ustedes.
La cena en el convento se convirtió en un evento diario que todos esperaban con ansias.
De regreso al pueblo, Jungkook seguía absorto en su lectura, ajeno a la creciente popularidad de Jimin en el convento. A medida que pasaban las páginas, encontró una sección sobre la importancia de la música en la fe. Los versos citados y los pasajes le recordaban la conexión especial que sentía con la música y cómo esta había sido una vía para expresar su amor y devoción a Dios. Pero encontró algo que le hizo dar un vuelco en la cabeza: "Prohibido amar a alguien de tu mismo género". ¿Qué significaba esto? El Padre Namjoon ya le había hablado de esto cuando era pequeño más no lo tomó mucha importancia, pero si Dios te acepta tal y como eres, ¿por qué el prohibimiento?
Jungkook decidió buscar respuestas. Después de terminar el capítulo sobre música y fe, guardó el libro en su cuarto y se dirigió a la biblioteca del convento. Allí, entre las altas estanterías llenas de textos sagrados y escritos religiosos, buscó cualquier referencia a la relación entre personas del mismo género en la Iglesia. No tardó en encontrar pasajes que condenaban el amor homosexual.
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Amor Prohibido /Kookmin
RomanceJeon Jungkook, de 20 años, se encuentra en la recta final de su formación como sacerdote bajo la tutela del Padre Namjoon, a quien admira desde la infancia. Sin embargo, su mundo da un giro inesperado cuando conoce a Park Jimin, un joven que despier...